Return (Fanfic Snarry) (SnapexHarry)

Capítulo II

Había pasado de probarse la ropa que le había traído Eliot, a estar sentando en una cafetería inglesa rodeado de molestos muggles mientras esperaba el regreso del hombre en cuestión que, en términos correctos, le había llevado allí en contra de sus deseos. Después de haberse bañado y haberse puesto la ropa que le había traído el pelirrojo, llegó a la conclusión de que, efectivamente, no podía confiar su guardarropa a Eliot. La única ropa que había traído, que realmente coincidía con el estilo de Snape, era aquella que el decía haber escogido por su parecido con la ropa que llevaba Severus aquel fatídico día que le encontró. Tenía sentido, en sí, era un traje igual al que llevaba, pero de su pequeña talla actual.

Aunque Severus hubiera preferido por mucho salir con aquellas ropas, Eliot había insistido bastante para que se pusiera las otras ropas que el había escogido, para "ver como lucían" y aseguraba, que aquellas ropas eran más adecuadas para un chico de su edad que un ropaje enteramente negro. Le había hecho mantener esa ropa y le había prácticamente arrastrado fuera hasta aquella cafetería. Así que, por más que Severus hubiera estado dispuesto a obedecer sumisamente sus indicaciones por un rato, ya se encontraba cansado y tenía mala cara. Aunque buscando un lado positivo a semejante situación, ya no estaba muriendo de aburrimiento en aquella habitación, es lo que pensaba Snape mientras estaba sentado en aquella mesa, de brazos cruzados, con el ceño fruncido. Pudo sentir de repente que alguien ponía su dedo en el espacio entre sus cejas y abrió los ojos rápidamente para darse cuenta que era Eliot, que ya había regresado de a dónde sea que hubiera ido.

- No arruges la cara de esa forma, eres muy joven para estar tan amargado, además, si frunces tanto el ceño te vas a arrugar todo. Con la linda y tersa cara que tienes, es un desperdicio andar siempre con tan mala expresión. Que bueno que te convencí de no usar aquel traje completamente negro, con lo pálido que eres, el contraste te hubiera hecho llamar demasiado la atención. — dijo Eliot sentándose en la silla frente a Severus. Este miró alrededor y pudo ver que los Muggles los miraban con atención, más al hombre frente a él.

- Creo que de igual forma terminamos llamando la atención. Estoy más cómodo usando ropa negra. Colores como estos, marrón claro y blanco... Son mas el estilo de Albus, que el mio. — dijo Snape mirando su ropa. Llevaba unos pantalones negros un poco ajustados, un suéter cuello de tortuga blanco y unos botines del mismo color que el abrigo que llevaba puesto que era de color marrón claro; aunque los pantalones tenían el color que le gustaba, el material no era el correcto, a Severus le gustaban los pantalones de vestir no los de jean y no se sentía cómodo con unos pantalones que se señian tanto a su figura.

- Bueno, quizás en el mundo mágico vestir completamente de negro y llevar una especie de túnica no sea raro incluso si las usa un chico de tan solo 16 años, hay ropas más extrañas, pero eso es más para un adulto como lo eras y los jovenes de ahora no acostumbran a vestir tanto de negro a no ser que sea esa moda gótica. — Comentó Eliot — Sin mencionar que las personas nos ven, o me ven a mi más que todo, porque el color de mi cabello no es muy común no por como luces tú. Aunque, de andar todo de luto como dices que es mas tu estilo en tu cuerpo actual seguramente llamaríamos el doble de la atención. Hay muchos pelirrojos en el mundo, pero poco de los cuales el cabello es más rojo que anaranjado. Tu solo estas siendo observado como efecto colateral, y porque un chico tan bonito y con el cabello tan largo es poco común, es posible que hasta se pregunten si eres un chico o una chica.

- ¿Podrías dejar de decir cosas similares con respecto a mi apariencia? Esta ya me ganó, en su momento, la cantidad suficiente de insultos. James Potter y su grupito de buenos para nada se aseguraron de dejarme bien en claro lo molesto de mi apariencia durante... La primera vez que tuve 16 años. — dijo Severus nuevamente arrugado el ceño, recordar aquellos momentos le hacía hervir la sangre. Con los años se hizo más alto, y aunque no ganó realmente mucha masa muscular porque lo suyo no eran los deportes, su apariencia delicada quedó atrás o al menos ya nadie se atrevía a mencionar nada sobre sus rasgos delicados.