Verano, dulce verano [En proceso]

Capitulo 1

Tenia que coger el metro, cosa que no me gustaba en absoluto, tanta gente en un solo vagón... Me empujaban y odiaba el contacto de otras personas, me agobiaba. Afortunadamente solo me quedaban un par de meses para poder tener mi propio coche y no tener que volver a montar en ese caluroso y maloliente lugar.

Eran las 5 de la tarde y ya llegaba tarde, había quedado con mi mejor amiga Adriana. Decidimos irnos de compras ya que pretendíamos asistir a una fiesta por la noche para celebrar que las clases habían terminado y que eramos libres hasta la vuelta de septiembre.

Corrí calle abajo hasta llegar a la entrada del metro y baje las escaleras de dos en dos, pase el billete y sonó un pitido, ¡Esto no me podía estar pasando a mi! Vi como el tren se iba y yo aun seguía intentando cruzar la barrera de seguridad, cuando por fin lo conseguí, baje al anden, en la pantalla ponía que debía esperar 7 minutos y aproveche para peinarme un poco y arreglarme ya que había tenido que salir corriendo de casa y no tuve tiempo ni de pasarme el peine, tenia el pelo largo y fino, con un color extraño, cambiaba dependiendo de la luz, unas veces era dorado otras veces parecía castaño y había momentos en los que llegaba a parecer como de un color cobre, odiaba mi pelo, se enredaba con facilidad y no era del todo bonito.

Por fin llego el tren y me metí en el vagón, tuve suerte de que no había mucha gente y solo tenia que esperar unas 4 paradas, se me paso rápido.

Cuando el tren paro salí corriendo, por poco me llevo a un pobre hombre por delante pero conseguí esquivarlo, subí las escaleras lo mas rápido que pude y allí me encontré a Adriana con los brazos cruzados y con muy mala cara. Adriana odia esperar y yo siempre llegaba tarde, eramos una mezcla explosiva.

- La próxima vez me voy yo sola y no te espero, advertida estas, y esta vez va en serio. Siempre me decía lo mismo, pero nunca lo cumplía.

-Bueno bueno perdona, la ultima vez. Siempre la decía lo mismo, pero tampoco lo cumplía nunca.

-¿Ya tienes pensado que te vas a comprar para esta noche?

- Que va, no se si llevar unos pantalones cortos con una camisa mona y unos grandes tacones o un bonito vestido de fiesta, pensaba en pedirte consejo. ¿Tu tienes alguna idea?

- Clarisimamente que si, pienso comprarme una minifalda con una camiseta de palabra de honor a juego y unos tacones de por lo menos 15 centímetros. Esta noche pienso arrasar.

Adriana era una chica muy llamativa, era guapísima, tenia una melena larga y morena con unos ojos marrón clarito y muy grandes, era alta y tenia un cuerpo genial, casi todos los chicos se solían fijar en ella, además era muy extrovertida, divertida y muy amigable, siempre que salíamos terminaba con unos 10 amigos nuevos, era una chica genial.

-Pues vamos.

Nos adentramos en el centro comercial, estaba lleno de gente que se cobijaba del calor de la calle. En días como hoy de verano era imposible estar al sol.
Nos recorrimos todo centro comercial en busca de una falda para Adriana, tras entrar en mas de 20 tiendas encontró una bonita falda rosa con vuelo y cortita con un top negro que tenia dos tirantes que se ataban al cuello dejando la espalda al descubierto y unos tacones altísimos negros. Estaba guapísima, como no. Yo me había probado mas de 30 vestidos, pero ninguno me gustaba, y mas de lo mismo me pasaba con los pantalones. Ya se hacia tarde y yo todavía no tenia nada. Adriana estaba que se tiraba de los pelo conmigo, soy muy critica conmigo y con mi cuerpo y no me gustaba nada de lo que me ponía.

Adriana me cogió de la mano y me arrastro dentro del probador, me dio 3 vestidos, uno de ellos era rojo con unos tirantes muy finos y con la espalda al aire, me lo probé y definitivamente lo descarte, me quedaba algo grande por el lado de la espalda y muy corto, casi se me veía mi ropa interior de vaquitas, el segundo que me probé era negro y ajustado, me hacia una bonita figura pero no me dejaba respirar y por ultimo un vestido azul oscuro, por encima de la rodilla de palabra de honor con brillantes en el escote y un poco de vuelo en la falda, era perfecto junto a unos bonitos tacones negros que me hacían unos 10 centímetros mas alta.