Capitulo 5

15 0 0
                                    

Sentí como alguien se subía a mi cama, se metía dentro de las sabanas, sentí como una lengua áspera me chupaba toda la cara, me mordía el pelo y me gruñía para que jugara con el, era como mi despertador, siempre a la misma hora, todos los días no lectivos me despertaba para jugar y salir a la calle.

Abrí los ojos y allí estaba mi pequeño chucho marrón y blanco, era muy cariñoso y juguetón. Le acaricie y se tumbo a mi lado para recibir mas caricias. Así estuvimos como 20 minutos hasta que entro mi hermana para llevarse al pobre perro.

-Buenos días. Dame a Stich.

-Buenos días. No.

-¿Por que?

-Porque el quiere estar aquí.

-¡Que mas te da! Si es hora de levantarse.

Di un respingo. ¿Que hora era? ¿Llegaría a ver a Josh? ¿Como se llamaba donde trabajaba? Muchas preguntas sin respuestas surgieron en mi cabeza y me levante de un salto de la cama dejando al pobre Stich en manos de mi hermana.

Cogí el móvil y rápidamente mire los mensajes.

Josh: Buenos días preciosa. Estoy deseando verte.

Me dejo un enlace que conectaba con Google Maps donde me mostraba donde trabajaba. Perfecto.

Stella: Buenos días. Me visto y voy a verte ;)

Abrí el armario de par en par y busque algo que ponerme. Tenia que llamativo, pero sin exagerar. Provocativo, pero no demasiado y precioso, pero no lo suficiente como para que pensara que lo e echo a posta.

Tras un largo tiempo mirando el armario y revolviendo la ropa me decidí por unos pantalones cortos vaqueros y una bonita camiseta de tirantes blanca con un estampado vintage y abierta por la espalda, me puse mis converse negras, me eche un poco de maquillaje, el justo, y decidí dejarme el pelo suelto.

Baje corriendo, di un beso a mi madre y otro a mi padre y me metí a la cocina a desayunar.

Me prepare un vaso de leche con unos cereales y me los comí rapidísimo.

-Hija. ¿Donde vas tan acelerada? Dijo mi madre.

-He quedado. Y ya llego tarde.

-¿Con quien has quedado?

-Con Adriana y Caterina. No llegare muy tarde. Prometido. Me acerque a su mejilla, la di un beso y salí corriendo de casa gritando un cariñoso "ADIÓS".

Decidí coger el bus, iba mucho mas directo al trabajo de Josh y tardaba 5 minutos.

El bus llego al momento y me llevo rápidamente a mi destino. Baje y mire a mi alrededor y allí vi una tiendecita de zumos con el atendiendo a un grupo de chicas. Que guapo era.

Me acerque y entre, el me vio en cuanto cruce la puerta, me sonrió. Que bonita sonrisa. Me hizo un gesto para que me acercara. Que vergüenza, sentía mi corazón a mil por hora y me sudaban las manos. Pero me acerque.

-Hola

-Hola. ¿Que desea? Me dijo con una sonrisa y me guiño el ojo.

-Pues un batido de fresa. Por favor.

-Vale, espere allí. Ahora mismo se lo prepara mi compañera. ¿Nombre?

-Stella.

Cogió un vaso y escribió mi nombre. Tenia un la letra preciosa.

-A este invita la casa. Bueno. No. El de la caja. Pero da igual. Jajajaja. Se alejo de mi oído y me guiño el ojo.

Me aleje de la caja para dejar que atendiese a una mujer mayor con dos niños que se encontraba detrás mía. No le podía quitar la vista, era demasiado guapo y adorable.

-¡STELLA! Me llamo una mujer alta y rubia.

-Si, soy yo.

-Aquí tienes tu zumo.

-Gracias.

-De nada.

Me aleje del mostrador y me senté en una pequeña mesa que había junto a la pared, tenia un par de sillones a los lados que parecían bastante cómodos.

Cuando me senté mi culo se hundió en el acolchado cogin, me tiraría aquí sentada horas, cerré los ojos y me concentre en la canción que estaba sonando.

-¿Stella?

Abrí los ojos y allí estaba mi chico perfecto.

-Ah hola jajajaja.

-¿Me puedo sentar?

-Por su puesto.

Se sentó en el sofá que se encontraba delante del mio y se acomodo en el respaldo, se le veía cansado.

-¿Que te parece este sitio?

-Muy acogedor. Oye. ¿Puedo hacerte una pregunta?

-Todas las que quieras.

-¿Por que te quedaste con Caterina?

Se quedó callado unos segundos, dio un sorbo a su batido y comenzó a hablar.

-Pues veras, antes de encontrarte en los columpios me la encontré, estaba bebiendo, mucho, la verdad, la vi un poco deprimida y no me gusta ver a la gente así, a si que decidí acercarme a hablarla y me contó montones de cosas que la habían pasado muy desagradables, estubimos hablando sobre ellas y después de un rato parecía animada, y cuando se iba a ir pues me daba pena, había perdido la mitad de la noche pasándolo mal, entonces decidí quedarme con ella un rato mas.

Ooooooh pero que chico mas adorable.

-Que detalle por tu parte.

-Gracias.

-Yyy. ¿Como es que cediste a dormir con ella?

-No cedí. ¿Recuerdas? Me vi obligado.

-Bueno, podrías haber dicho que no.

-Si hubiera dicho que no, probablemente tu no estarías aquí.

Tomo otro sorbo de su zumo y levanto la vista hacia mis ojos. Sentí como el corazón se me aceleraba.

-Me gusta estar contigo.

-A mi también me gusta estar contigo.

Se hizo un breve silencio.

-Te apetece ir a dar una vuelta. Se de un parque por aquí cerca que se esta muy bien.

- Si. Claro. ¿Por que no?

Nos levantamos y nos dirigimos a la puerta. Hacia un día espléndido de verano. Corría un poco al aire y el calor no agobiaba.

Nos dirigimos al parque donde sacaba yo a Stich y nos sentamos en el césped, estaba un poco húmedo, pero la verdad, daba igual.

Pusimos un poco de musica y estuvimos allí tumbados como media hora, el en el césped y yo sobre sus perfectos abdominales, mirando las nubes.

De repente se oyó un rugido que venia de su tripa. Me levante corriendo y mire mi móvil. Las dos y media de la tarde.

-¿Quieres comer?

-La verdad es que si. Tengo mucha hambre.

-Lo se. Te suenan las tripas.

Se puso colorado y se levanto, una vez de pie me ayudo a levantarme a mi y me cogió a caballito hasta llagar a un pans que había cerca donde nos compramos unos bocadillos de lomo y volvimos a nuestro sitio del parque a comernoslos tranquilamente.

Al cabo de diez minutos el ya se lo había terminando y yo aun seguía casi por la mitad.

-Eres lenta comiendo.

-O tu rápido. Le dije con la boca llena de pan.

-Uuy que guarra, no se habla con la boca llena. Se reía de mi.

-Tonto. Le empuje del pecho y se dejo caer al césped arrastrándome con el detrás y dejandome encima suya.

Estábamos tan cerca. Me miraba a los ojos y me encontraba algo incomoda pero yo no podía dejar de mirarle.

-Me encantas.

Verano, dulce verano [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora