Capitulo 4

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Adriana se acerco a la cocina y metió una pizza al horno.

-¿Que tal con Marco? Dijo Caterina dedicándola una mirada picara

-Genial. Nos fuimos al parque y nos tumbamos en el césped a comernos a besos y así se nos paso la tarde y luego nos fuimos a tomar algo y aquí estoy.

-Te envidio. Dijo Caterina.

-¡Las pizzas! ¡Que se queman!

Adriana se levanto corriendo y saco las pizzas del horno y las trajo. Estaban algo negras por la base, pero aun así estaban ricas.

Cuando me termine la pizza decidí irme a casa. Me despedí de las chicas y cogí el metro. Estaba bajando las escaleras para llegar al anden cuando escuche como el metro pitaba avisando de que se iba y un montón de personas camino a la salida, eche a correr, pero no me sirvió de nada, cuando llegue al anden estaba vacío y tenia que esperar 14 minutos hasta que llegara el siguiente, estaba deseando llegar a casa y meterme en mi cama.

Tras esperar los 13 larguísimos minutos llego el tren y me subí, parecíamos sardinas en una lata, que agobio, no lo aguantaba, por suerte al cabo de dos paradas ya podía respirar y tenia hasta sitio para sentarme, saque un pequeño libro de bolsillo que le había cogido prestado a Adriana y me puse a leer.

Tras otras dos paradas por fin llegue a mi destino y subí las escaleras con cuidado, los pies me mataban, lo que daría por tener un coche para no tener que caminar mas. El camino de mi casa al metro era largo, muy largo, estaba como a 20 minutos de mi casa además de que tenia que estar subiendo constantemente cuestas. Era agotador.

Cuando por fin llegue a casa lo primero que hice fue quitarme los tacones, lo estaba deseando. Entre al salón y allí estaban mis padres con la televisión puesta y roncando. Entre en mi habitación y detrás mía entro mi hermana pequeña, la quiero mucho, pero es muy pesada.

Era dos años menor que yo con el pelo ondulado, al contrario que mi pelo, era muy bagita y delgada, era una mini yo, lo único que nos diferenciaba era le pelo y la altura.

-¿Que quieres?

-¿Que tal en la fiesta?

-Muy bien. La hablaba borde, quería que se fuera, solo quería dormir.

-Cuentame cosas.

-No.

-¿Porque?

-Porque no.

-La próxima fiesta me llevas contigo.

-No y vete. La empuje esta su habitación y cerré la puerta con pestillo, no quería discutir con ella.

Me puse mi pijama de gatitos, amaba los gatos, y fui a la cocina a tomarme un chocolate con leche, perfecto para irse a dormir. Mañana iba a ver a Josh e iba a ser un día genial. Algo me lo decía.

Cuando me bebí mi delicioso chocolate le di las buenas noches a mi familia y me metí en la cama, pero antes mire mi móvil, tenia un mensaje de un numero desconocido. ¿Quien seria?

NúmeroDesconocido: Holaa :)

Stella: Hola. ¿Quien eres?

NúmeroDesconocido: El coco que mañana cuando te vea te va a comer.

¿Mañana? Oh. Seria Josh. ¿Como que mañana me va a comer?

Stella: ¿Josh?

NúmeroDesconocido: Claro tonta jajajajaja.

Stella: ¿Como conseguiste mi numero?

Josh: Simple. Se lo pedí a Marco.

Stella: Marco no tenia mi numero.

Josh: Se lo dio Adriana.

Stella: Ah. Vale. Ya todo tiene sentido.

Josh: Jajajaja. Estoy deseando verte mañana.

Stella: Yo también :)

Josh: Deberíamos irnos a dormir.

Stella: Si. Buenas noches. Descansa.

Josh: Buenas noches. Te quiero ♥

¡Oh! ¡Te quiero! ¡Me a dicho te quiero! No me lo creo. ¿Sera verdad? No. No se. Ayyy. Que ganas de verle.

Cogí la manta y me tape hasta el cuello, era verano, hacia calor, pero no me gustaba dormir destapada. Cerré los ojos y allí estaba Josh con esa sonrisa perfecta y esos ojazos que me enamoran, esa voz, el entero. Me encantaba. Solo queria que la noche pasara rapido para poder verle y tenerle cerca.

Verano, dulce verano [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora