03. La penúltima

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Al otro día

No sabíamos cuando o en que momento sería la próxima prueba, no teníamos información de ello aún. Oliver no me decía nada, solo que entrenara y entrenara, tanto cuerpo a cuerpo, como con armas de larga y corta distancia. Podía imaginarme muchos escenarios donde pudiera utilizar todas esa habilidades, así que no podía sacar cual era el siguiente desafío. Me daba mucha curiosidad y nervios.

---Holaa muñeca. ---Otra vez este imbécil, no creo que entienda que no me agrada, ya le he partido la cara y todavía no aprende.

---¿No te sirvió la revolcada de la semana pasada? ---Digo revoleando los ojos, espero se de cuenta que no quiero tener una conversación con él.

---Me hubiera servido, si me la dabas en la cama. ---Dice con una mirada pervertida, este estupido no creo que entienda ni la mitad de las cosas que le digo.

---Si no quieres volver a sentir mi puño en tu cara, te aconsejó que te largues. ---Suelto frustrada.

---Otra cosa me gustaría sentir en mi cara, muñeca. ---Fue suficiente para darle un golpe en la garganta, haciendo que se atragante.

---A la próxima, fijate a quien le hablas o tus pelotas te las pongo de collar imbécil. ---Digo empujándolo, acá dentro nadie te defenderá, somos pruebas, demostramos de lo que estamos hechos día tras día.

No me respondió, sabe que le hablo enserio.

---Haciendo amigos pequeña. ---Escucho a Oliver detrás de mi.

---Algo así, pero no creo que esté funcionando mi técnica. ---Digo con sarcasmo.

---¿Has practicado como te dije?---Agrego mirándome fijo.

---No me estas viendo. ---Habro mis brazos dramáticamente para demostrarle que estoy en el gimnasio.

---Hacer ejercicio no es practicar pequeña.

---Si lo he hecho. ---Me paró apresuradamente y él me sigue al mismo ritmo, me dirijo a la sala de armas, donde agarro 3 cuchillos que entierro en el muñeco de prueba---. Vez. ---Le digo abriendo mis brazos

---Ya veo. ---Sin aviso me hace caer y se coloca arriba mío, dando comienzo a una pelea.

No dejo que goce tanto de su triunfo, con mis piernas lo agarro del cuello tirandolo hacia atrás, quedando yo arriba suyo.

---Si van hacer cochinadas, vayan a los cuartos que los cubro. ---Dice Aiden. Es un buen amigo, no me llevo con nadie de aquí, pero ese pesado, jodio tanto conmigo que tuve que hablarle, y desde ahí lo considero como otro "compañero de travesuras", aunque nadie le quitara el puesto a Oliver.

---Callate Aiden. ---Decimos al uníson.

---Solo digo, saben que están prohibidas las cosas del demonio.

Suelto a Oliver y me levanto con cuidado, se puede esperar todo de este idiota.

Aiden. Atractivo, cabello negro, ojos cafés y un cuerpo admirable.
Es bueno con el francotirador e intenta ser mejor que yo en cuerpo a cuerpo, me gano la primera, pero en la siguientes peleas, lo uso para trapear el piso.

---Si dejas de verme como si fueras a comerme, te lo agradecería. ---Dice haciendo el ademán de cubrirse exageradamente.

---Hay que disfrutar de la vista mientras estemos vivos, porque cuando estemos muertos ya no podremos. ---Digo guiñandole el ojo.

---Bueno entonces nosotros dos nos vamos a la habitación. ---Dice riendo, mientras me toma por los hombros.

---Ni se te ocurra hombre, a menos que quieras quedarte sin tus partes. ---Dijo Oliver mientras sonreía.

Bestias De Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora