1

101 3 2
                                    

Se encuentra sentado en el piso de la azotea de un edificio abandonado hace ya muchos años, su mochila la tiene a un lado y solo en sus manos tiene un papel y un lapicero

En ese papel escribe su sentir en estos últimos días, días que no han sido los mejores y lo fueron consumiendo poco a poco. Tiene los ojos acuosos y el rostro rojo por contener las lágrimas que amenazan con salir de sus orbes. Escribe tantas cosas inimaginables, y con inimaginables me refiero a que nadie podría pensar o imaginar todo lo que sentía en su interior ese ser tan amable y sonriente. Escribe con tanto esmero, con pesadez, nostalgia y dolor porque es lo que estuvo reteniendo por tanto tiempo y esta es la única forma que encontró de hacerlo explotar

Esta tan ensimismado en lo que hace que no se da cuenta que la azotea en donde se encuentra acaba de ser invadida por su intruso, pero ¿cómo es ese intruso?, pues ese intruso tiene un uniforme de escuela y un gorro negro que no permite ver sus ojos, el castaño no le puede ver el rostro porque el sol impacta contra el rostro de aquel desconocido, pero aun así Jimin no deja de verlo con los ojos entrecerrados porque el sol no le permite hacerlo y porque esta molesto con esa persona que no tenía derecho de quitarle lo que es suyo

Aquel intruso lee todo lo que había escrito y baja su mirada hasta el, y dice:

—La vida es una mierda y lo digo por experiencia, jamás sería un moralista tratando de hacer que la vida se vea hermosa, yo solo soy realista, pero si haces lo que piensas...— dice señalando el papel que le había quitado a Jimin —te diré que les darás el gusto a la sociedad de conseguir lo que quieren. Si no tienes un motivo de vida no importa porque no los necesitas, más bien puedes ser igual de egoísta que la sociedad y continua gastando el oxígeno de este mundo—

Diciendo eso le devuelve el papel a Jimin y se fue dejándolo con la idea de suicidarse rota, pero a la vez también con la cabeza llena de curiosidad por saber quien era aquel desconocido que con unas cuentas palabras le quitó las ganas de suicidarse

A partir de ese día aquel desconocido de gorra negra se volvió muy importante en su vida y no pararía de buscarlo hasta que lo encuentre, y es que tenía que encontrar a la persona que con solo unas palabras pudo calmar su dolor







(...)







Hoy es el primer día de clases de Jimjn en su nueva escuela, sería bueno que le emocione conocer a gente nueva, pero ese no es lo que lo emociona porque siempre ha sido un chico introvertido, más bien lo que le emocionaba era que ya estaba en la misma escuela que la persona que lo salvó tiempo atrás, puede que sea algo loco porque ni siquiera le vio el rostro, pero se decía que su corazón sentiría y que reconocería la voz de esa persona y ya sabría reconocerlo

Baja las escaleras y sale a tomar un bus, lo que le favorecía es que esa escuela quedaba cerca a su casa y ese fue motivo suficiente para convencer a sus padres de cambiarlo de escuela. Pone un pie en la escuela y se sintió tan bien, sentía que su corazón se le iba a salir del pecho

"Pronto lo encontrarás"

Se decía mentalmente, y eso era cierto porque algun día entre 3000 alumnos tendría que encontrarlo. Jimin no hubiera llegado tarde si hubiese conocido donde es que quedaba su aula, y es que la escuela no ayudaba siendo tan inmensa

—Buenos días profesor— dice Jimin algo agitado por correr tanto buscando el maldito salón

—Buenas noches diría yo, debes de ser el nuevo alumno— dijo el prefiero y al toque todo el salón se llenó de murmullos, clásico de cuando hay nuevos en el salón —preséntate y luego te sientas...— el profesor se puso a buscar con la mirada un sitio para su nuevo estudiante —ahí— señala el profesor y de repente Jimin sintió algo extraño en su interior al ver un pelinegro con el cabello bien arreglado al igual que su uniforme

TE ENCONTRARÉ CHICO MISTERIOSO...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora