A la mañana siguiente bajé a desayunar. No esperaba encontrármelo y no me lo encontré. Sin embargo me había dejado una nota. En ella se podía leer "He fregado los platos, pero no has dicho nada de recogerlos. Tu turno". A pesar de todo no pude evitar sonreír. Ese chico realmente me sacaba de mis casillas.
Subí de nuevo a mi habitación a asearme y cambiarme. Mientras lo hacía, la imagen de Natsu subiendo las escales volvió a mi mente. Tenía que admitirlo, con solo esa imagen me había sentido arder en lugares en los que no debería. No era ni tonta ni virgen, sabía perfectamente que me había excitado solo con verle de esa forma, al menos un poco. Pero no me iba a involucrar de ninguna manera con ese chico. No sabía que demonios le pasaba en la cabeza y no me interesaba pasarme la vida encerrada con él, simplemente llevaría una relación cordial de compañeros de piso.
Sin embargo, eso no me impedía jugar un poco con él. Después de todo, él había dado carta blanca en el asunto y no iba a echarme atrás. Si él quería jugar, jugaríamos los dos. Elegí la ropa con cuidado y di una vuelta contenta con el resultado. Me había decidido por unos shorts de cintura alta que eran de alguna tela parecida a la licra. A primera vista no tenían nada en especial pero por la parte de atrás dejaban ver una pequeña parte de mis nalgas. Con ello me puse una camiseta suelta gris de manga corta que me llegaba un poco por encima del ombligo. Sí, eso sería suficiente. No sabía que ponerme en los pies, así que decidí ir descalza.
¿Qué me apetecía comer hoy? Me encontraba en la cocina pero no sabía que iba a hacer. Me até el pelo y me decidí a hacer arroz. Cuando quedaba apenas un cuarto de hora para que todo estuviera listo subí a la habitación de mi extraño compañero y piqué tres veces.
-Natsu! Baja a comer en 15 minutos. Y puntual! –grité a su puerta pero sabia que me había oído y bajé de nuevo.
Mientras se acababa de hacer y preparaba la mesa encendí la radio para escuchar música. No podía evitarlo, me encantaba. Estaba sonando una canción que me encantaba, subí el volumen y no podía evitar bailar, o al menos hacer unos movimientos que para mí eran bailar.
-Like a deep desire, that takes you higher, you've know you never felt this way. Take a breath and feel it, your body has no limits, get ready for this hurricane.- cantaba con la música mientras acababa de colocar mis cubiertos en la mesa cuado Natsu llegó de repente.
-Así que a esto de dedicas cuando yo no estoy.-Casi me caigo del susto y le dirigí una mirada asesina.
-¿Podrías dejar de aparecer como un fantasma? Haz algo de ruido.- Se sentó en su sitio e hizo un gesto hacia la música que ya había apagado.
-Aunque lo hiciera con ese volumen no te enterarías.- fruncí el ceño pero me contuve de contestarle a eso.
-¿Qué quieres para beber? ¿Agua, zumo...?-le dediqué la sonrisa mas inocente que fui capaz mientras se lo pensaba.
-Un zumo de piña estaría bien.- asentí y me giré hacia la nevera. La abrí y dejé que una sonrisa traviesa apareciera ahora que estaba de espaldas a él. Sabía que me estaría mirando así que me incliné un poco más de lo necesario para alcanzar el zumo ofreciéndole una buena vista.
Volví a mi asiento y le pasé el zumo por encima de la mesa. Lo cogió justo antes de que se cayera. Su expresión estaba exactamente igual pero su respiración ligeramente acelerada lo delató. Sonreí para mis adentros.
-Tengo curiosidad. ¿No desayunas? Nunca te lo he subido y tampoco he visto que hayas bajado a por ello.- sería mejor si hablábamos mientras comíamos.
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Al borde de la desesperación
FanficLucy esta a punto de ayudar a una persona a la que no conoce. Una persona que no habla con nadie desde hace años. ¿Y todo por qué? Por hacerle un favor a la familia mas importante de todo el país. Pero se dará cuenta de que hay algo que ese chico es...