🔥leopold vermillion ● UNA CAÍDA SALVAJE🔥

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Los dos huían, tomados de la mano, mientras sus risas resonaban por todo el vasto castillo.

"¡Vamos (t/n)! ¡Si no nos damos prisa, fuegoleon nos atrapará!" Gritó por encima del hombro. La sonrisa en su rostro era enorme y el agarre que tenía en tu mano era cálido y firme.

"¡Lo sé! ¡Lo sé! ¡Te va a matar por dejarlo de nuevo!" Te reíste.

Por la forma en que te reías te sorprendía que aún pudieras seguirle el ritmo.

Pronto, atraviesas las puertas del castillo. Sin embargo, una vez que emergiste al otro lado, tu corazón se aceleró. Mereoleona estaba justo al pie de las escaleras y tu alboroto hizo que su atención se centrara en ti.

"¿¡Y adónde van ustedes dos!?" Su grito habitual resonó en todo el patio.

Tú y Leo compartieron una mirada preocupada. Rápidamente se convirtió en emoción y tiró de tu mano con una nueva actitud imprudente.

"¡¡¡CORRE!!!" Gritó. Mereoleona levantó una ceja confusa ante su grito de guerra y evidentemente lo tomó como un desafío.

"¿¡Niños, creen que pueden escapar de mí!? ¡¡Harían bien en no subestimar a una leona!!"

Lanzaste un fuerte grito y Leo hizo lo mismo. Los dos aceleraron el paso porque ahora no solo Fuegoleon estaba detrás de su piel, sino también Mereoleona.

"¡No me inscribí para esto!" Le gritaste al pelinaranja. Parecía estar de acuerdo contigo.

Sí, huir de Fuegoleon fue divertido. Pero Mereoleona era una bestia completamente sin control alguno.

"¡Sí! ¡Creo que estamos casi muertos!" Él se rió nerviosamente, pero a pesar de eso ambos siguieron corriendo.

Tal como esperabas, Mereoleona apareció detrás de ti después de unos segundos. Los agarró a ambos por la parte de atrás de sus cuellos y los empujó hacia adelante con fuerza.

"¡¡ENTENDIDO!!"

"¡ssiiii ¡ Ambos gritaron mientras caían hacia adelante. Los dos habían llegado a una colina y ahora que la leona los empujó con fuerza, no tuvieron más remedio que caer por la pendiente.

Cerraste los ojos y te preparaste para el impacto. Te sentiste caer, pero por alguna razón no te dolió. Tu mente se sintió mareada cuando una vez más abriste los ojos, solo para que se abrieran cuando te diste cuenta de lo que sucedió.

"L-Leo, ¿estás bien?"

Estaba acostado debajo de ti, aferrando tu cuerpo al suyo. Sus fuertes brazos estaban envueltos a tu alrededor. Fue él quien te protegió del impacto.

"S-Sí. Lo siento mucho (t/n). Nunca quise que nos metiéramos en tantos problemas. Así que es justo que yo–"

Te inclinaste para depositar un beso en sus labios. No tenías la intención de hacerlo, pero debido a la experiencia cercana a la muerte te sentías valiente. Sus labios eran un poco ásperos pero también muy cálidos, como su fuego. Podías sentir sus mejillas calentarse mientras te alejabas de él.

"Supongo que solo quería darte las gracias".

Le diste una sonrisa tímida. Leo no perdió el tiempo para traerte de nuevo. Esta vez estaba completamente preparado. Te besó con pasión, dejándote sin palabras contra él.

Él sonrió ampliamente mientras presionaba su frente contra la tuya.

Acepto tu gratitud. Bromeó, dejándote reír en voz baja por su elección de palabras.

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Sin que lo supieras, Mereoleona estaba observando todo desde arriba. Ella sonrió maliciosamente, tronándose los nudillos por un trabajo bien hecho.

"¡Ohoho! ¡Es bueno ver que mi tonto hermano menor no crió a un cobarde!" ella declaró.

Con eso, comenzó a regresar al castillo, dejando solos a los dos jóvenes adultos.

Black Clover 🍀 OneshotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora