XVII

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Salí del corral con cautela durante la noche, guarde el vestido entre el pastizal para recorrerlo luego, espero que nadie me halla visto.

Hoy sin dudas fue un gran día, fue muy divertido y tan lindo, no cabe duda que me gusta ver sonreír a Gilbert y me gusta más ser el motivo de esas sonrisas.

Mientras me dirigía al pórtico un ruido se hizo presente y de la oscuridad emerge William lo cual me saca un susto.

-¿Qué traes entre manos?-dice poniéndose frente a mi.

-¡Rayos William!, ¿a caso no sabes que es de mala educación asustar a las personas de esta manera?- digo tratando  de evitar su pregunta y entrar a la casa.

Siento como me jalan del brazo con mucha fuerza y golpeó contra el pecho de William.

-No trates de bromear conmigo, ¿a caso crees que me ibas a engañar?- dice para tomarme de la mejilla -No importa como te vistas, puedo identificar esos ojos donde sea- dice para acercarme un poco a él. 

Su toque me provoca un escalofrío, inmediatamente me sorprendo y lo apartó un de mi.

-Que cosas tan mas extrañas dices- digo para entrar rápidamente a la casa.

William solo me mira entrar, y yo subo corriendo a mi habitación, al entrar Gilbert me mira confundido.

-¿Todo bien?- pregunta preocupado.

Yo suspiro y me tiro a su lado.

- Si, solo no me gusta estar afuera de noche.

No quiero preocupar a Gilbert con lo que acaba de pasar.

-Esta bien, lo bueno es que ya estás aquí, un poco más y hubiera salido a buscarte- sonríe para acarciar mi cabello.

Me gusta lo dulce que Gilbert es, su presencia me da una calma y una alegría tan profunda.

Sonrío y pongo mi cabeza en su pierna.

-Sabes... he estado pensando mucho y me gustaría ir a Avonie y presentarme con tu padre, bueno... tu comprendes

Gilbert me sonríe con mucha ternura.

-Eso me encantaría, se que él te hubiera adorado- dice para darme un beso en la frente. 

Me emociono al escuchar eso.

-Bueno, ya es hora de descansar, gracias por el día tan maravilloso- dice para darme en beso ligero.

Sonrío y voy a dormir; no puedo creer lo afortunada que soy, tengo al chico de mis sueños, una familia que me ama, amigos que me aprecian y estudio lo que me gusta; no podría ser más feliz.

Odio tomar clases tan temprano, nisiquiera puedo distinguir donde caminó.

-¿Dormiste bien?- pregunta Gilbert, luego que por error chocará con él.

-Si, todo está bien, solo es mareo matutino, en un rato se me pasa- digo para tomarlo del hombro.

De la nada siento un escalofrío en la espalda, como si alguien hablará en mi.

-Hola Marcus, Lindo dia- dice un grupo de de chicas pasando a mi lado.

Se escuchan unas risillas mientras pasan y no puedo evitar sonreír; con que así me veía al hacer eso.

-Hola señoritas, que tengan un día tan hermoso como ustedes- digo para guiñar un ojo.

Ellas se alenjan entre risitas aún más nerviosas y me hace sonreír, con que era eso; Gilbert me pega ligeramente el costado.

-¿Porque les hablas así?- dice algo molesto.

Eso me hace reír.

-¿Celoso?- pregunto alzando la ceja -Les hablo como a toda chica le gustaría que le hablaran- digo con un poco pensativa.

-Eso no tiene sentido, no soy bueno con el coqueteo, ¿te gustaría que te hablará así?- dice confundido.

-Jaja, claro que no, me gustas tal y como eres- sonrío para darle un ligero golpe.

Marcus, espera!- gritan el grupo de chicas para acercarse.

-¿En qué puedo ayudarles señoritas?- digo un poco confundido y nerviosa, espero que no me escucharán. 

Ellas susurran cosas entre sí y luego una da un paso enfrente; Está situación me pone algo nerviosa.

-Elizabeth se pregunta si,  ¿quieres ser su acompañante en el baile de esta tarde?- dice una de ellas.

Miro a la chica rubia nerviosa que asumo es Elizabeth, pienso por un momento, es obvio que la respuesta es no, pero no quiero sonar grosera.

-Yo me siento muy alagado,  lamentablemente tendré que decir que no, aún así gracias por considerarme- digo tratando de ser lo más amable que puedo.

-No lo molesten más, a él no le agrandan de esa manera las mujeres- dice una voz entrando en la conversación.

Me quedo impactada con esas palabras, William se hace paso y se atraviesa para entrar en el círculo de conversación. 

-Por favor ignoren sus palabras, el no sabe de lo que habla- añade Gilbert.

Suspiro fuertemente y empujó hacia atrás a William para sacarlo.

-No puedo aceptar porque tengo prácticas con el profesor de anatomía hasta tarde, y me vuelvo a disculpar pero ya debo irme.

Tomo a William de la chaqueta y lo jalo hasta una esquina.

-¡¿Que demonios te pasa, porque dijiste eso?!- digo bastante enojada.

-¿Acaso estoy mintiendo?

-¿Disculpa?

-¿Creíste que nadie se daría cuenta?, solo basta con mirarlos para saber que tienen algo, ya me canse de ver como se hacen los Santos ante todos- dice acomodarse el saco e irse.

Sus palabras me alteran, si alguien como William están sospechando estaré en graves problemas. Cuando damos la vuelta  noto que algunas chicas nos miran de lejos; realmente espero que no haya es cucharón nada.

Gilbert y yo nos apresurados a entrar a la clase de fisiología. Tomamos asiento en el pequeño auditorio justo enfrente de la mesa de cirugía donde estaba el profesor Steven.

-Muy bien jóvenes, el día de hoy hablaremos del sistema nervioso...

Trato de no sobrepensar lo que acaba de pasar, pero no puedo evitar mirar de reojo a William.

-Relájate, todo estará bien- susurra Gilbert rozando levemente mi mano.

Lo giro a ver y trato de sonreír. Solo espero que sea así.

Amor Eterno (Gilbert Blythe, Lucas Zumman x ___)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora