VII

890 80 6
                                    

-¿Interrumpo algo?- dice Bash apareciendo de la nada.

Institivamente Gilbert y yo nos alejamos.

-No, nada- decimos nerviosos.

Bash nos mira extraño.

-Bien...solo quería decirles que la comida tardara más, no creo que esté sino hasta el atardecer.

Me preocupo un poco, yo necesito estar en casa a esa hora.

-Ohhh, ya veo, es que debo llevar a ____ antes de esa hora- dice Gilbert algo desanimado.

De verdad quería comer con Gilbert, se ve que se a esforzado para que todo salga bien.

-No se preocupen, será otro día, mientras podemos seguir en huerto- diga tratando de sonar animada.

Gilbert me sonríe y luego mira a Bash. 
-Bueno... entonces sigan con lo suyo-dice guiñando un ojo, para irse.

Cuando ya no lo veo, no se porque, pero una risa sale de mi boca, en pensamiento ronda la pregunta, ¿Qué hubiera pasado si Bash no hubiera aparecido?, un mar de posibilidades llegó a mi mente, toda y cada una más ilógica que la anterior.

Gilbert me mira confundido, pero también ríe un poco.

El momento profundo y sincero que acabamos de vivir, ahora parecía distante y ajeno.

-Te parece si empezamos- sonríe dándome un frasco de leche.

Yo asiento con la cabeza y lo tomó.

Un silencio se hace presente mientras comemos nuestras manzanas.

-Sobre lo de hace rato... Yo hablaba enserio, en tan poco tiempo te has vuelto muy importante para mí, es solo que las personas que quiero no suelen estar conmigo por mucho tiempo, y no puedo imaginar perderte tan rápido- susurra.

Trato de buscar las palabras correctas, pero la tristeza y melancolia con la que hablaba, me dificultaba decirle que sentía lo mismo.

Tomo todas mis fuerzas y lo abrazo.

Eso lo sorprende un poco, pero no tarda en corresponder.

-Yo también hablaba enserio cuando dije que no te dejaría- susurró.

Su respiración empezó a ser irregular, sentí como sus manos me acercaban más a él, acomodé mi cabeza en su cuello, y trate de no llorar, sentirlo así de triste me hacía sentir tan mal.

Al menos con este abrazo podía darle algo de consuelo, aunque solo fuera por un momento.

Estuvimos así hasta que su respiración se reguló, con cuidado se separó un poco de mí.

-Debes creer que soy un sentimental- dice avergonzado.

Yo niego con la cabeza.

-Yo creo que eres un Ángel- susurro con una sonrisa.

Gilbert se sorprende, yo me acerco a él y le doy un beso en la frente, eso lo deja confundido, pero me sonríe. 

No se porque pero la idea de besarlo se hace presente, estamos tan cercas el uno del otro, que un solo movimiento podría ser suficiente, me ruborizo al instante y me alejo un poco más de él; Creo que pasó lo mismo con él, pues no tardó en sonrojarse, sin embargo me apoye en su pecho, escucha el sonido de su corazón, mientras él me abraza rodeandome por completo.

Nunca me había sentido más protegida que en ese momento, estar con Gilbert es como vivir un sueño, cada instante a su lado estaba rodeado con un fulgor y un brillo sin igual.

-Te sonará raro extraño pero creo que te conozco de toda la vida- dice apoyando su mejilla en mi cabeza.

-¿Sabes que es más extraño?...Yo siento lo mismo- susurro.

Extiende su mano hacia la mía, yo la tomó, la eleva un poco por encima de mi rostro y luego las une.

El sol pareció ser opacado por nuestras manos, como si ahora el fulgor saliera de estás.

Una calidez y calma se apodera de mi.

Me preguntó si ¿esto es amor, acaso así se siente estar enamorada?.

                               °°°
Ya estaba acostada en mi cama, no podía dormir pensando en Gilbert, suspiré profundamente, si que sería una noche larga.

Baje por un vaso de agua, mientras regresaba notó una luz, está parece venir de la puerta del estudio de la tia Abigail, probablemente olvidaron apagar una vela, me acerco y cuando estoy a punto de entrar, un ruido llama mi atención.

-¿___, eres tú?- dice una voz del otro lado de la puerta.

Me asomo y veo a la tía sentada leyendo a la luz de una lámpara.

Con cuidado entre.

-¿Problemas para dormir?- pregunta.

Yo solo asentí con la cabeza.

-Me pasa lo mismo, ¿algo o alguien no te deja dormir?- dice amable.

No digo nada, pero mi silencio habla.

-¿Te molestaría decirme?

Francamente quería platicar con alguien sobre mis sentimientos.  Me siento frente a ella.

-Yo le quería preguntar algo...¿usted sabe qué es estar enamorada?- digo nerviosa.

La tía Abigail sonríe.

-Claro que sí.

-¡Y ¿como es?!, digo, ¿como una sabe cuándo lo está?- digo confundida.

La tía Abigail sonríe aún más.

-Muchas personas creen que las piernas te deben temblar, que el corazón se te acelera, y que las manos suban, pero...¿quieres la verdad?

Yo me acerco más al borde del sillón, claro que quería saber.

-Cuando estás con alguien realmente especial, sientes una tranquilidad infinita, hablar y estar con esa persona es como volar; como si se conocieran de toda la vida, es sentir emoción cada vez que se ven y una profunda tristeza cuando se alejan, al tocarla te inunda una calidez, y al abrazarla sientes como si todo encajara a la perfección; ¿Te sirve está explicación?.

Yo sonrió y asiento enérgicamente. Ella acaba de describir lo que Gilbert me hace sentir.

-¿Se podría saber quién te a hecho sentir así?- pregunta curiosa.

Trato de sonar tan nerviosa.

-El Joven Blythe- digo avergonzada.

Antes de que la tía Abigail pueda decir algo vuelvo a hablar.

-Probablemte le suena como una tontería, una no puede enamorarse en tan poco tiempo, es algo ilógico- digo como excusa.

La tía extiende su mano hasta la mía.

-El amor es así, ilógico e inesperado, surge cuando menos lo esperas- sonríe.

Sus palabras me dan tranquilidad, una idea de pronto me inunda. Si yo me enamoré tan rápido, Gilbert también lo pudo hacer; el sentimiento tan profundo que siento no solo puede ser mío, quiero creer que es reciproco.

Amor Eterno (Gilbert Blythe, Lucas Zumman x ___)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora