era una mañana muy normal en una ciudad muy normal, bueno al menos para la mayoría, debido a que en un bosque privado a las afueras de la mansión de la familia Midoriya, en donde se escuchaban fuertes golpes además de gritos.
-Vamos de nuevo-con voz enérgica- con esa actitud no vas a lograr nada- gritaba hisashi a un pequeño izuku tirado en el suelo con heridas físicas.
- kuh.. en-entiendo pad- digo maestro- el pequeño con sus piernas temblorosas se puso de pie.
-bien, creo es todo por hoy- dijo resignado mientras se sienta en el suelo del dojo- no ha estado mal chico, hoy duraste treinta minutos mas que la ultima ves... pero con tu nivel aun es muy pronto para festejar.
-yo- yo me he esforzado-mientras miraba sus brazos llenos de callos- pero como dice maestro, no es suficiente-dijo con una mirada seria.
Al escuchar esto se dibujo una pequeña sonrisa. ya había pasado un año desde el día en que izuku callo en desgracia, desde entonces su vida solo se concentro en entrenar y entrenar, debido a que no quería desperdiciar tiempo en la escuela así que su padre para evitar que se quedara atrás opto por educarlo en casa, de esta manera el ultimo año a primeras horas izuku se levantaba a entrenar su físico, para luego practicar el control de su quirk de fuerza, su madre pese a aborrecer a izuku ella se encargaba de enseñarle a controlar su telequinesis, esto mas por petición de su esposo, debido a eso los insultos y humillaciones eran el pan de cada día cuándo estaba con ella, en cuanto a su piroquinesis lo practicaba en compañía de su hermana izumi, esta ultima simplemente ignoraba a izuku así que era bastante tranquilo, y en cuanto a sus últimos quirk los practicaba antes de dormir.
- bueno es mejor que parta-dijo hisashi- el deber llama.
- yo iré a prepararme para estudiar -dijo mientras se dirigía a una pequeña choza a un lado del dojo- espero y tenga una buena tarde-dijo izuku formalmente.
-bueno, nos vemos.
Y así termino otro día de entrenamiento, tan pronto y se dio una ducha fue a la mansión para comenzar con su estudio, su padre consiguió una tutora muy prestigiosa de todo Japón para que ayudara a izuku con sus estudios, al principio le costo agarrar el ritmo pero en un par de meses ya estaba en buen nivel que incluso sorprendió a su tutora, aunque esto era en parte a su quirk de análisis.
así paso asta tener 13 años.
-muy bien muchacho, felicidades tienes trece años-dijo hisashi algo emocionado-
-si maestro- dijo respetuosamente a su padre, mientras estaba algo confundido- a que debo su visita, faltan dos semanas para nuestro sparring mensual- pregunto confundido izuku.
-jeje, muchacho solo sígueme- dijo hisashi mientras salía de la choza de izuku y se dirigía al dojo.
Nada mas entrar vio como su padre se ponía la ropa de entrenamiento, pero por alguna razón el día de hoy era extraño, la forma en como la mirada de su padre era distinta, muy seria, normalmente era estoico cuando entrenaban pero habían casos en donde le gritaba pero nunca lo veía de manera seria, a lo que al entrar solo se puso su traje de entrenamiento y se puso en frente de su padre.
-suspirando- has entrenado muy duro durante estos últimos años- dijo de manera un poco orgullosa.
al escuchar las palabras de reconocimiento de su padre, izuku sintió una gran alegría, aunque esto no duro mucho tiempo.
-lastimosamente as alcanzado tu limite- decepcionado- ahora, el seguirte entrenando es una perdida de tiempo para mi y para ti, no he visto un avance significativo en los últimos dos meses.
Esas palabras destruyeron su espíritu, el lo sabia, lo sabia mejor que nadie había alcanzado su limite, no lo quería aceptar, pero incluso su padre lo había notado, se había dado cuenta de que no crecería mas, otra ves golpeado par la dura realidad.
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IZUKU el coleccionista.
Randomen un mundo donde el 90% de las personas poseen un poder llamado quirk, un pequeño Izuku Midoriya, toma un camino completamente diferente a la de ser un héroe. "ser un héroe y heredar el ONE FOR ALL... no gracias"