Caminamos un largo rato por las calles de el pueblo hasta llegar a una pequeña parada de autobús.
Tú ── ¿Vamos a tomar un autobús? ──
Sen ── Sí, no tardará mucho en llegar.── se sentó mientras veía el reloj en su muñeca.
Me senté a su lado. Los dos estuvimos esperando ahí un buen rato hasta que este finalmente llegó, pero llegó volando. Desaceleró un poco y bajó lentamente al suelo. Sen se paró y caminó hacia la puerta de entrada, me hizo una seña para que lo siguiera y entramos. Ya adentro me di cuánta que el autobús no tenía conductor, ni tampoco pasajeros.
Tú ── ¿Esto es seguro? ──
Sen ── Por supuesto, sino no hubiera dejado que subieras.── se sentó en la primera fila, al lado de la ventana y yo me senté a su lado.
Tú ── ¿Como se conduce sino hay ningún conductor? ──
Sen ── No lo necesita, el se conduce por si solo.──
Segundos después el autobús comenzó a elevarse lentamente y a andar, se sentía como estar en un avión.
Tú ── ¿A dónde nos lleva esto?── miré por una de las ventanas, estábamos realmente alto.
Sen ── Iremos con alguien que nos facilitará sacarte de aquí.──
Tú ── De acuerdo.──
Sen ── Descansa. Tardaremos un poco en llegar.── se acomodó en el asiento y cerró sus ojos, parecía haberse dormido.
Miré por la ventana de nuevo, sólo veía nubes blancas y cielo celeste, un paisaje muy bonito. Miré a mis alrededores, dento del autobús, y vi algo en el suelo que llamó mi atención. Era un collar celeste con forma de círculo, el cual en el centro tenía pintadas unas alas y unos pequeños ojos. Era bastante lindo así que lo agarré y lo guardé en mi bolsillo.
Pasaron algunas horas y el autobús aterrizó en otra parada. Bajamos y caminamos a la entrada de un gran jardín de flores. Nos adentramos en el siguiendo un camino de tierra, así estuvimos un largo rato hasta llegar a un gran portón el cual daba hacia otro jardín pero más pequeño.
Sen ── Es aquí. ── abrió el gran portón y se hizo a un lado para dejarme pasar.
Entré y el cerró el portón a nuestras espaldas. El lugar era un pequeño jardín muy parecido al anterior, solo que en un costado del terreno había una casa un tanto rústica. Nos acercamos a la casa y Sen tocó la puerta. Pasaron unos minutos pero nadie abrió.
Sen ── Creo que no está en casa.── dijo con frustración.
Tú ── ¿Y ahora que haremos?──
Sen ── Sino está en su casa el único lugar donde puede estar es...── se quedó pensativo unos segundos.── Ah, ya se, sígueme.── me hizo una seña para que lo siguiera.
Caminamos por un pequeño camino de tierra el cual nos hizo llegar a otro jardín. Ese lugar si que tenía muchos jardines, y lo mejor es que todos eran hermosos, parecían ser sacados de un cuento de hadas. Nos adentramos un poco más en el y a lo lejos pude ver a alguien. Los dos fuimos directamente a el. Era una "persona" pero donde debería de estar su cabeza había una flor.
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