Era sorprendente como las cosas que la chica había adquirido en los dos años de vivir en aquél solitario, desordenado y horrible departamento cupieran en una mochila. Aria había terminado de empacar sus cosas para mudarse al que era su hogar antes de la muerte de June. Llevaba consigo únicamente las cosas importantes, tal como la foto de June, el peluche que él le obsequió y todas las cosas que hacía que su mente viajara hacia los recuerdos del pelinegro.
Aria recorre la habitación en busca de algún artefacto que haya podido olvidar, pero no consigue más nada. Ni allí, ni en el baño, ni en la cocina, ni en la pequeña sala de estar que carecía de muebles ya que nunca tuvo la intención de recibir visitas en ese apartamento de mala muerte. Aunque Aria jamás lo admita en voz alta, el mudarse era necesario si volvería a la vida frente a las cámaras. La seguridad en el edificio no era la ideal si retomaría su vida de artista así que, sin darle una última mirada, se dirige a la salida del apartamento y cruza el umbral cerrando la puerta tras de sí.
No siente apego alguno por ese lugar que solo la escuchó llorar una y otra vez, tampoco se volvió cercana a sus vecinos así que el mudarse drásticamente no le afectará en nada a sus relaciones amistosas ni necesita despedirse de alguien. En realidad, Theo era la única persona que desde hace más de un año la visitaba, habían otras personas que antes hacían el intento de echarle un vistazo a la pelinegra cuando podían pero, debido a la resistencia de Aria, desistieron. Por fortuna o desgracia, aún Aria no decide cómo interpretarlo, Theo era perseverante.
La pelinegra deja las llaves del apartamento en recepción, donde la recepcionista de mediana edad le dedica una amable sonrisa y le desea suerte en su futuro. La mujer solo da un leve asentimiento ante esos deseos y camina a la calle para tomar un taxi que la lleve a la agencia, desde hoy debía retomar su vieja vida. Logra conseguir un taxi sin problema y el camino dentro de este transcurre en silencio. Luego de unos minutos el vehículo se detiene frente al inmenso edificio de la empresa MT Entertainment, Aria entrega el dinero correspondiente del viaje al conductor y, luego de una respiración profunda, sale del auto.
Los flashes dirigidos a su rostro no se hacen esperar al igual que la marea de voces que la golpean cual ola a piedras al costado de un risco. La mujer de orbes grises ignora cada una de las preguntas de los paparazis, quienes desesperadamente intentan obtener información sobre lo que sucede en la vida de aquella pobre mujer que desapareció de los medios un día sin dejar rastro alguno. Pero ella solo quiere trabajar.
Esta vez los de seguridad la dejan entrar sin problemas y la mujer se dirige de manera automática hacia la sala de espera mientras lucha con todas sus fuerzas para mantener los recuerdos de June en aquella caja de cristal de su mente. Al llegar a aquella sala se sienta en uno de los muebles a la espera de su mánager, con la cual no tiene contacto desde hace meses cuando decidió que no seguiría con su vida de artista. Debe estar bastante molesta por lo mucho que la ha ignorado y cómo logró escaparse de ella durante tanto tiempo. El atisbo de una sonrisa se presenta en sus labios de solo imaginarlo, pero el recuerdo de las veces que se escapó de ella la invade con ferocidad, es allí en donde sabe que perdió la batalla.
—Debería haber una zona donde podamos descansar además de la cafetería —Se queja la joven pelinegra—. Es agotador tener que estar rodeada de tantas personas.
—Admite que no te molesta estar rodeada de personas, te molesta que no podamos tener un momento íntimo los dos —Responde June en un tono lleno de picardía mientras se acerca a su novia lentamente.
Ambos se habían escapado de sus managers y compañeros para subir a la terraza del edifico y poder tener un momentos juntos. Desde que anunciaron su noviazgo no han podido pasar tiempo juntos ya que la condición del presidente era evitar los rumores a toda costa.
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Un Amor Convertido En Estrella
Teen FictionEl amor es un sentimiento que llena de alegria, de emoción y mejora la vida de las personas, hasta que se acaba... Es verdad que no hay nada más doloroso que separarse de alguien a quien amas y sabes que también te ama. Aria vivía felizmente enamora...