La Aldea

Comillos y garras

LA ALDEA

Autora: Clumsykitty

Fandom: Marvel.

Pareja: Winterbones (Brock Rumlow x Bucky Barnes).

Derechos: Pues no sé, ya no queda nada.

Advertencias: Esto es un Omegaverse, con algunas pequeñas diferencias para más placer. También hay algo de violencia, sangre y cosas no muy gratas. No comencemos si ya hemos leído esto. Sobre aviso no hay engaño. Una historia de encargo.

Gracias por leerme.

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Colmillos y garras.

Día 130

Isla Alónnisos, Grecia

Misión: resolución de muertes de avanzada.

Estaban jodidos. De alguna manera.

Pero lo estaban.

El simple hecho de que no podía estar mucho tiempo alejado de Winter, o mejor dicho, no podía pasar más de un día sin que estuviera bien metido en su cuerpo lo volvía loco. Brock no podía controlar el mal humor que le invadía si no estaba con el soldado, gritaba a todos, se desesperaba muy fácil y lo más peligroso, perdía concentración en la misión. Solamente cuando Winter estaba en sus brazos, gimiendo su nombre mientras lo apretaba tan delicioso que con mucho gusto se corría dentro entre gruñidos posesivos, acariciando el cuerpo que su mente todo el tiempo gritaba que le pertenecía. Así que ahora parecían unos conejos depravados, buscando la menor oportunidad para coger dentro o fuera del refugio a expensas de ser descubiertos.

—Alfa...

—Mío.

Pero no podía, había una fuerza interior en Rumlow mayor que su entrenamiento bajo HYDRA que dictaba sus movimientos cuando se trataba de su Omega. Todavía no averiguaba qué rayos significaba eso de Alfa y Omega, los aldeanos no habían querido soltar nada pese a ser torturados, solo lo observaban como si estuvieran viendo a uno de sus dioses paganos encarnado en su persona, sonriendo cual idiotas que eran antes de que los puños y armas de sus soldados se encargaran de ellos. Brock empujó sus caderas con fuerza, mordiendo el hombro de Winter, los dos frente al espejo de uno de los baños, en un vaivén acelerado porque no tenían mucho tiempo, pronto los buscarían a ambos, no podían verlos tanto tiempo juntos o las sospechas se levantarían.

—Termina para mí.

—Alfa, Alfa...

Había un efecto adictivo en los murmullos quebrados de Winter diciendo eso, que lo hacían sentir bien, más fuerte y con la mente más clara pese a ser un vil esclavo de ese cuerpo con un aroma que Brock podía ubicar a la distancia. De entre todos los aromas que ahora percibía y a veces le provocaban dolor de cabeza, el de Winter era el más fuerte. Adoraba por sobre todo como despedía ese olor en su cuello donde estaba la misteriosa mordida que no había sanado pese al suero, o en entre esas redondas nalgas cuyo sabor a veces probaba si tenían un poco más de tiempo para hacerlo, no como en esos momentos en los que Rumlow tendría que partir a la aldea, no sin antes dejar bien lleno ese vientre de él. Era importante por alguna jodida razón que tampoco estaba clara para él.