⦾⇰ ¿Un Demonio Siendo Espectro? ║⋱▥「Nezuko en JSHK」

Misterio 0: ¿Dónde estoy?

Nezuko despertaba, en primer lugar, asustada obviamente, sin orientarse muy bien en el sitio donde se encontraba, era una habitación, no muy grande, las paredes pintadas de color blanco, al lado de ella, una maquina extraña que conectaba con su brazo, al parecer le estaba dando sangre. Una vez que despejó la mente y aclaró mejor la visión, recordó lo que había pasado anteriormente: había perdido el control mientras luchaba con una luna superior.
Ella trataba de acomodar sus recuerdos e intentar recordar qué fue lo que sucedió visto que el lugar en el cual se encontraba actualmente no tenía ninguna, pero de verdad, ninguna relación con el escenario anterior.
Al mismo tiempo de que ella pensaba, la puerta del lugar se abría dejando ver a dos adultos, tenían una apariencia que les daba entre cuarenta y cincuenta años, ella se asustó un poco, pero se tranquilizó al ver y oler que no eran demonios.

—Dios mio... me alegra mucho de que te encuentres actualmente bien. —comentó la mujer.— Con respecto al por qué te encuentras aquí, pues... Hace unos meses te encontramos en un callejón oscuro, totalmente indefensa, nos preocupante bastante debido a que eres una niña... Estabas llena de sangre... —frunció el ceño—. ¿Quién podría hacerle eso a una niña...? —la mujer echó a llorar, pues ella era de un corazón bastante frágil, podía sentir empatía innecesaria.

Nezuko reflejó a su madre llorando en ese momento, pues se sentía mal por la mujer debido a que empezó a llorar.

"Todos los humanos son tu familia".
Recordó esas palabras de parte de un conocido, ella quería levantarse a darle un abrazo, para consolarla, pero en ese momento estaba algo débil como para pararse por si sola.
A continuación a Nezuko le llamó la atención el señor, ya que este se dirigía a las cortinas, con intenciones obvias de abrir para que entrara algo de el sol de la mañana. Dado a estas intenciones, Nezuko entró en pánico total, teniendo en cuenta que si le tocaban los rayos vivos del sol, desaparecería por completo.
Por impulso y una manera desesperada de detenerlo, en un abrir y cerrar de ojos estaba frente al señor, con los brazos extendidos, negando con la cabeza. ¿Recuerdan que algo estaba conectado junto al brazo de Nezuko? Pues, debido al brusco tirón que los separó por la desesperación que ella sentía, su brazo empezó a sangrar, era bastante sangre, tanto así que la pareja se alertó. El señor cargó a Nezuko al 《modo princesa》para llevarla devuelta a la camilla, que no estaba a más de diez pasos, aún así, se apresuró.

—¡¿Te encuentras bien?! ¡Dios mio... Estás sangrando mucho! —dijo la mujer angustiada.

—¡¿Por que te levantaste?! ¡¿Es que acaso no piensas?! —replicó el señor, pues, a pesar de que su tono de voz no lo demostraba, porque parecía estar furioso, enrealidad estaba muy preocupado y ansioso.

Nezuko se sintió mal por haberlos preocupado, al mismo tiempo en que el sangrado se detenía. La pareja se sorprendió al ver esto, claramente no es normal que una herida grave se cure tan fácilmente en solo unos segundos, no lo podían creer, como cualquier otra persona normal, así que solo pensaron que estaban alucinando por el susto que Nezuko les dió.
El silencio parecía eterno, nadie emitía un solo ruido o palabra, el ambiente era pesado, o al menos, para Nezuko era como estar contra la espada y la pared frente a la pareja. Hasta que uno de ellos habló.

—...¿Por qué no querías que abriera las cortinas? —preguntó seriamente el señor.

Se miraron fijamente, Nezuko no respondía, ella no hablaba, o era muda, pensaba la pareja, la mujer terminó por darle una libreta pequeña junto a un bolígrafo que traía en su cartera.

|| Me disculpo enormemente por el susto que les cause anteriormente. Respondiendo a la pregunta del señor: El sol me daña mucho la piel, es como una enfermedad. ||

Fue lo que escribió Nezuko, era una mentira, pero funcionaría por ahora para no revelar de inmediato el hecho de que era un demonio.

—Oh... bueno, también lamento de que mi esposo haya intentado abrir las cortinas.