una infancia arruinada

~me tocó despedirla~

Mamá esa misma noche armo su maleta y una mochila con sus pertenencias.

Un par de lágrimas caían de sus ojos y rodaban por sus mejillas y así una tras otra cumplían la misma trayectoria, caían de sus ojos y rodaban por sus mejillas, con sus mano se secaba las lágrimas frustradas mientras guardaba cada cosa

María al terminar de empacar se acostó conmigo, era costumbre que haga eso después de pelear con mi papá, pero esta vez era más grave, la tremenda discusión llegó a otro límite, uno que a nadie le agrado.

Nos quedamos dormidas en poco tiempo, aunque aún así podía escuchar los sollozos de mamá a plena madrugada.

Al día siguiente despierto.
Mamá ya no se encontraba en casa, le pregunté a mi hermano porque no estaba y.. me dijo que ya tomó el colectivo... Sentí como mi vista se comenzaba a nublar y rápidamente cayeron unas pequeñas lágrimas de una pequeña niña que volvió a perder a su madre,
Con lágrimas en los ojos me dijo tranquila niña todo saldrá bien, mamá dejara de sufrir aquí, yo sabía perfectamente bien que mi hermano nunca le decía mamá a María, pero aún así mi hermano no paraba de llorar al igual que yo los dos con una mente tan pequeña pero con los sentimientos más grandes y puros que te podrías imaginar estábamos llorando desconsoladamente no abrazamos mutuamente para apoyar el dolor del otro.

Nuestro llanto se intensificó cuándo escuchamos a papá totalmente enojado como nunca golpeando la pared mientras lloraba se arrepentida de lo que había hecho, hermano se logró calmar, pero yo no paraba de llorar.

Ese día fue el peor de todos para una niña de tan solo cuatro años y un pequeño que apenas estaba entendiendo todo lo que sucede a su alrededor.

A mi hermano le tocó cuidarme, después papá siempre se iba a trabajar salí a las 6 de la madrugada y volvía las 1 de la madrugada y Dios sabrá porque tardaba tanto, nosotros nos teníamos que arreglar solos.

Había días en los que papá llegaba al mediodía a almorzar con nosotros, llegaba temprano, alrededor de las 11:00 del mediodía cocinaba algo para los tres llegaban las 1 de la tarde terminamos de comer, se hacían las 3:00 y volvía al trabajo esos días eran muy pocos a la semana pero eran los días más especiales para nosotros se podría entender que solamente éramos dos criaturas qué cuidaban una de la otra. Papá los sábados nos traía frutas a mí me traía una pera o una manzana y para mi hermano casi siempre era una naranja o una manzana era nuestra fruta favorita.

Papá nunca fue tan malo después de todo, llegaba Pascua, el nos daba los mejores huevos de chocolate que podrían existir, todo era tan feliz en estos momentos salíamos de compra en supermercado juntos y volvíamos felices con nuestros dulces, papá nunca fue malo... solamente cambio por el hecho de estar en soledad.

Facu solamente era un niño de 8 años, pero era bastante obediente y cuidadoso conmigo siempre trato de ser el hermano mayor perfecto se esforzaba en la escuela y cuidaba de mí.