Raven O'brien, una chica que al saber que su familia era vampiro espero con ansias su edad correspondida para ser mordida, mientras su hermana melliza es todo lo contrario. Ambas sufren un accidente y tienen que ser mordidas de emergencia, lo que ca...
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— El golpe fue muy fuerte, tienen daño cerebral, y su pulso es cada vez más débil. — Dijo el doctor a los O'Brien. Las mellizas después del accidente habían sido trasladadas a un hospital, además de que tuvieron la suerte de que sus hijas tuvieran un cuarto compartido.
— Doctor, yo supongo que habrá algo que debamos hacer, ¿No? — Pregunto Ulises O'Brien, esperando que sus hijas pudieran sobrevivir, eran demasiado jóvenes como para dejar está vida.
— Sus hijas están muy graves, lamento darles una noticia tan dolorosa, pero van a tener que despedirse de ellas. — Dijo el doctor con pesar, eran muy jóvenes para que les pasará algo tan terrible.
— ¿Cómo? — Pregunto Anna O'brien, sus niñas ya no iban a poder estar con ellas, lo peor es que su niña mayor no quería ser de su especie, ¿Como la iban a salvar?
— ¿Estás pensando lo mismo que yo? — Pregunto Anna a su esposo. Ambos miraban a sus hijas en las camillas, Ulises dio una repuesta afirmativa. No quedaba de otra más que morderlas.
— Es que Daisy no quiere ser vampiro. — Dijo Anna, pero no había otra alternativa, preferian tener s su hija enojada por la eternidad a perderla para siempre.
— Y nosotros no queremos que ellas mueran. — Dijo Ulises, mirando a su esposa triste
— Muerde a Daisy que es la primera en nacer, además de que tú eres el hombre de la casa. — Dijo Anna yendo junto a Raven.
— Si, pero soy un caballero, mejor tu muerde a Daisy. — Dijo Ulises no queriendo tener problemas con Daisy.
— ¿Y si se enoja conmigo? — Dijo Anna mirándolo mal.
— ¿Entonces que se enoje conmigo? — Dijo Ulises con una sonrisa burlona.
— Bueno, yo no voy a ser la mala del paseo, no señor-Dijo Anna enojada con su esposo.
— ¿Entonces yo quedo como el malo del paseo? — Dijo Ulises alegando, mientras sus hijas estaban tendidas en esas camillas.
— Bueno, los dos a la vez. — Dijo Anna solucionando el problema.
— ¿Y mi niña? — Pregunto el padre de las mellizas.
— Mi madre la iba a morder cuando llegara a casa, así que ella la muerda. Raven siempre quiso que lo hiciera su abuela. — Dijo la esposa de Ulises. Ambos asintieron, llamaron a María. Pronto tendrían a sus niñas de nuevo.
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