Capítulo 18.

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James Tomlinson al enterarse de que su yerno había pagado sus deudas fue una total vergüenza. Helena le contó que el había pagado todo, claro sin decirle del trato que hubo de por medio. James por supuesto no se lo tomó para nada bien, pero poco a ella le importó. Él como el pilar de su hogar que era, tenía y se sentía en la completa la obligación de ver por todos, sintió mucha pena y se sentía sumamente avergonzado de que el esposo de su hijo se haya hecho cargo de algo que no le correspondía y que no era su obligación, por supuesto no iba a dejar las cosas así. Cuando supo de aquello él mismo le escribió a Harry pidiendo disculpas e infinitos agradecimientos, pero alegando que así le llevara toda la vida iba a regresarle cada centavo.

El problema es que ni siquiera sabía cómo iba a cumplir aquello y eso lo frustraba. Su cuerpo, alma y corazón eran viejos, estaba cansado y ni toda su pensión de jubilado que aún recibía alcanzarían para pagarle a Harry todo lo que había pagado.

Su situación seguía igual. Algunas cosechas no salieron como esperaban y nuevamente habían vendido y empeñado algunas de sus pertenencias, ahora hacían lo posible por recuperar algunas, cubrir gastos y pérdidas de su hacienda y ante tal acción más prestamos se le sumaban.

En cuanto a Daniel, se encontraba en una situación según el deplorable. Su padre finalmente lo había corrido de su casa y había cancelado todas sus tarjetas de crédito. La gota que derramó el vaso fue aquel día en el que se enteraron de que el supuesto trabajo que Daniel había conseguido no era nada más que otra de sus farsas y mentiras. James había confiado en él una última vez, y como siempre lo había vuelto a decepcionar. Si le tuvo tanta paciencia y consideración antes fue porque Helena siempre intercedía por él. Esta vez ya ninguna de sus súplicas lo doblegaron, James estaba sumamente furioso y decepcionado.

Daniel, que al según él querer ayudar a su familia, querer demostrarle a su padre que "podía cambiar" y bajo la influencia de su mejor amigo, le había dado la idea de "comprometerse" con una mujer perteneciente a una de las familias más importantes y de varios millones en su poder del lugar.

Y claro, no había ningún tipo de amor de por medio y todo era a espaldas de sus padres.

La mujer inocentemente e inexperta en el amor lo había aceptado como su prometido. Daniel jugó bien sus cartas y no fue difícil enamorarla; palabrería y regalos ridículos y la chica había caído enamorada. Era el primer hombre que se fijaba en ella.

Su nombre era Anna, vivía prácticamente sola en su gran mansión, solo la rodeaban los múltiples empleados al servicio de su hogar.

Tenía un hermano mayor, pero este ya tenía su propia familia. Sus padres ya habían muerto y él como el hijo primogénito que era se la pasaba fuera del país atendiendo y liderando los negocios familiares. Pocas veces iba a verla y siempre era solo por un par de días alegando que tenía prisa y negocios que atender. Eso era todo.

Su plan era sencillo. Según él todo sería sumamente fácil. Se casaría con la millonaria, prosiguiente tendría poder a todos esos millones, ayudaría a su familia y finalmente lo pondrían en el altar que se merecía.

Ingenuo y estupido Danielito.




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Después de la declaración de Harry lo que pasó fue... inusual.

Harry no supo si fue el calor o la euforia del momento pero lo sintió como un impulso que no pudo detener por más tiempo.

De Louis no se formuló palabra alguna, y se sintió culpable.

El silencio reinó en el lugar. Harry solo pudo salir de la habitación sintiéndose estupido y humillado. Sintió su orgullo y dignidad siendo traspasado nuevamente por miles de toneladas de peso. Se encerró en su despacho y pronto las lágrimas surcaron sus ojos. No dejaba de repetirse lo imbécil que había sido; comenzó a beber algunos tragos tratando de disminuir y ahogar el debil pensamiento de que por un momento hubiera un acercamiento hubiera surgido entre Louis y él. Se conformaba con las débiles palabras, con las miradas, con la leve cercanía de un tibio aliento.

real love ⤷ l.s (m-preg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora