Capítulo 1. El inicio de lo extraño

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Era un día tranquilo, el sol brillaba por encima de las nubes, el viento soplaba suavemente y el hablar de la gente complementaba ese buen ambiente.
Héctor se dirigía a la escuela tomando la misma ruta de siempre, iba escuchando como la gente hablaba, los transeúntes sonaban el claxon por el tráfico, y la música que hacía bailar a un Doctor Simi.

"Si, esta historia transcurre en México, así que abran varios elementos de acá"

Héctor iba tranquilo, disfrutando de su trayecto, hasta que se cruzó con la razón de la preocupación por su chica. Héctor se cruzó cara a cara con 2 chicos, 2 chicos que le causarían muchos problemas desde entonces.

-Tienes que entender, si no logras convencer a Hannah de unirse a nosotros, no lograrás nada con ella - Dijo uno de los chicos mientras pasaban al lado izquierdo de Héctor.

Héctor al oír esto entró en un enojo potente, oír el nombre de su amada viniendo de una boca ajena le causó un gran coraje, no quiso hacer un escándalo, así que pensó en una forma silenciosa, rápida pero letal de acabar con ese par de estúpidos.

-All, transfórmate en Emperor...- Susurra Héctor.

Algo que surgió de detrás de él al mencionar la palabra All se transformó en una pistola que se posó en su mano derecha.

Héctor se quedó quieto en el lugar en donde estaba, movió sobre su cabeza su brazo derecho de tal forma que la boquilla de la pistola quedara viendo hacia atrás de él, y se dijo a sí mismo.

- 4 tiros, solo necesito 4 balas para acabar con ellos, esas 4 balas se dividen en 2 grupos, 2 a cada quien. Necesito un tiro en la nuca y otro en la espalda para que llegue al corazón -.

Mientras los chicos se alejaban a un ritmo lento, Héctor se preparaba para disparar, acto seguido él dispara los 4 tiros que planeó; tal como Héctor indicó, las 4 balas se separaron en 2 grupos de 2 cada uno, balas que iban cargadas de una ira letal, cada chico recibió un tiro en la nuca y otro en la espalda, siendo así llevados al infierno en cuestión de segundos.
Todo a su alrededor se volvía lento, no pensaba en nada que no fuera en acabar con esos idiotas; mientras los cuerpos de los chicos caían lentamente, las personas huían despavoridos de la escena.
Cuando Héctor entró en razón notó el escándalo que había formado y tuvo que empezar a huir.

- Mierda, no pensé en el escape, ¡¡debo salir de aquí rápido!! -.

Todo se despejaba mientras los cadáveres de los chicos quedaban ahí para ser olvidados por todos.

"Si, vaya día fue ese, nunca había tenido necesidad de usar mi Stand para algo así, y sobre mi Stand, ese tal Emperor, un Stand tipo objeto, es una pistola común y corriente, solo que sin ser común y mucho menos corriente, esta pistola tipo revólver tiene la singular habilidad de permitir al usuario controlar las balas que dispara a voluntad propia, puede decidir qué dirección tomará cada una de las balas, con la única condición de que no llegan a un rango muy largo, Emperor es un Stand de largo alcance pero con un cierto límite, y tiene un color lila que me gusta mucho :3".

Héctor se acercaba cada vez más a su escuela; se sentía bien, aliviado por haber acabo con el problema de Hannah, pero a la vez se sentía asustado, nunca en la vida había matado a alguien y mucho menos lo había pensado hacer a tan temprana edad. Todo parecía ir bien al final de cuentas, pero algo que Héctor no sabía era que aquellos chicos pertenecían a un grupo, una organización, una Mafia con mucho poder sobre la ciudad en donde vivía.
Daba la casualidad de que al otro lado de la calle en donde transcurrió esta masacre se encontraban unos reporteros grabando un video en el cual probaban unos tacos de pastor, pero en el fondo del video se podía observar cómo Héctor ejecuta brutalmente a el dúo; desafortunadamente para él, pues el video llegó a las manos de aquella Mafia, por lo que ya le traían un ojo encima.

Hector's Silly, Absurd and Strange Adventure. Greatiest AbilityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora