Deseo Contaminado

Capítulo 25

La oportunidad de empujar por más con Daphne y su pequeña banda de salvadores era tentadora, pero me alejé de mala gana a otro compartimento vacío, porque tenía cosas mucho más importantes en las que concentrarme, solo porque ese imbécil de Nott decidió actuar con la previsión. de un Gryffindor. Desafortunadamente, las acciones idiotas me obligaron a actuar, de ahí la razón por la que rápidamente escribí una carta a mi objetivo, Severus Snape. En mi carta, que dejé sin firmar, expliqué que tenía información crítica para la supervivencia continua de Potter y su eventual victoria contra Tom Riddle, luego la seguí con una serie de comandos adicionales, incluido el envío de una explicación a Voldemort que aseguraría su ausencia y la falta de comunicaciones no sería cuestionada por un mes o dos, lo que le permitiría mencionar a Elder Wand si fuera necesario.

Casi, pero para desgracia de Snape, no del todo.

Me puse la capa una vez más antes de montar mi escoba y salir volando por la ventana, apareciéndome en Hogsmeade una vez que estuve lo suficientemente lejos del tren. Luego, hechicé la carta para convertirla en un pájaro que tenía la tarea de encontrar a Snape mientras yo usaba el pasaje secreto en la Casa de los Gritos para llegar a un pasaje fácil al Bosque Prohibido, y llegué al lugar que mencioné en la carta, aún oculto bajo la capa.

Solo cuando Snape entró por la abertura, con su varita desenvainada, listo para un ataque, dejé que la capa se deslizara, revelándome a Snape. "Draco", murmuró en estado de shock, sin esperar mi presencia, pero su sorpresa no le impidió enviar una sonda de legimencia a mi mente, sin piedad ahondando en mis recuerdos. A pesar de todas las mejoras que logré obtener en Oclumancia, resistir el asalto de Snape por más de unos pocos segundos seguía siendo imposible. Por suerte, no tuve que resistirme, no cuando podía dirigir su investigación a los recuerdos antes de mi ocupación, dejando a Snape en un mar de emociones inútiles. Seguro de mi identidad, la mano de Snape que sostenía la varita bajó.

Ese error le costó una patada en el pecho. La conmoción dominó su rostro mientras trataba de resistirse, pero no tenía ninguna esperanza de resistir todo el poder de la Varita de Saúco, y colapsó antes de que pudiera decir algo. Inmediatamente le di una botella del trago de la muerte en vida y un par de pociones adicionales para purgar cualquier antídoto que pudiera haber ingerido. No quería matarlo -principalmente porque Voldie se daría cuenta de su muerte a través de la marca oscura, complicando aún más el asunto- pero aún así hubiera preferido su muerte a su libertad.

Solo después de deshacerme de todo lo que tenía en caso de que despertara, privándolo de las herramientas para liberarse y guardándolo en una caja mágicamente expandida, dejé escapar un suspiro relajado, mi corazón se calmó un poco. A pesar de la facilidad por la que había pasado, estaba muy consciente de que era la actividad más peligrosa que había realizado desde mi reencarnación. Snape era un objetivo muy alerta debido a su peligroso papel como doble espía, y solo su confianza en el propietario anterior de mi cuerpo y mi profundo conocimiento de sus secretos me permitieron obtener una gota sobre él. Aún así, eso era necesario. Snape estaba demasiado alerta y conocía a Draco demasiado bien como para evitar sus sospechas después del evento en el tren. Su reemplazo, a menos que Voldie decidiera tomar el puesto él mismo, sería mucho más fácil de manejar.

Hogwarts era mío para tomar.

Terminada mi tarea, tomé el túnel secreto una vez más y llegué a la estación, y después de que llegó el tren, me metí en el tren, esperando a la multitud antes de salir. El repentino silencio que llenó mi entorno, roto solo por susurros furiosos y miradas vacilantes. Claramente, mis logros en el tren se habían extendido, renovando mi reputación de inmediato. Tuve suerte en cierto modo, porque la pelea me dio una coartada sobre la desaparición de Snape. No importa cuán improbable hubiera sido que me atraparan, imposible era mejor que altamente improbable.