𝗗𝗮𝘆 𝗦𝗶𝘅

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Parte 6 de 8❣︎

Se quejó, negando repetidas veces con la cabeza,apretando con fuerza los ojos para olvidar losinsanos recuerdos que viajaban por su mente

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Se quejó, negando repetidas veces con la cabeza,
apretando con fuerza los ojos para olvidar los
insanos recuerdos que viajaban por su mente. Tomó las verduras del frigorífico y con la única idea de lavarlas bajo el chorro del agua se irguió hasta el fregadero, tambaleándose mientras mentalmente se regañaba una y otra vez.

"Adiós pensamientos malos, hola receta de
estofado." Murmuró tomando la primera
zanahoria. "Adiós pensamientos malos, hola receta de estofado." Siguió como un niño pequeño mientras cortaba las hojas que sobresalían del vegetal. "Adiós pensamientos malos, hola receta de estofado."

Jisung tenía un problema y es que se había dado
cuenta del hábito tan repulsivo que estaba adoptando esa última semana sin Minho en casa.
Pues el día anterior, al despertar, había sentido el remojo sobre su entrepierna, dándose cuenta rápidamente que había tenido un sueño húmedo
siendo que justo antes de dormir, por la tarde, se había masturbado mirando el vídeo de Minho y él follando en el Resort Kota Beach. Y se sentía mal, asqueado de su propio comportamiento tan precoz y hormonal. Como si todavía tuviera diecisiete años y viviera encadenado por la red de la pornografía y la masturbación.

Por supuesto que se había largado a llorar por su
mucha impotencia y su mínimo autocontrol; ser así de débil le hacía sentirse inseguro y dependiente.

Y aunque se hallaba como la misma mierda, su lado racional había decidido iluminar su mente, dignándose a salir a la luz del sol y darle, al menos, un poco de apoyo moral. Esa mañana bajo el agua de la regadera había decidido que lo que restaba de la semana no volvería a tocarse ni a fantasear obscenidades. Se mantendría casto como una monja en un convento.

Y al parecer, el hecho de planearlo era más fácil que
ejecutarlo, pues, todo el día de ayer la había pasado
terrible, realizando montones de actividades
para liberar su mente de las imágenes tan
inapropiadas que vagaban por sus neuronas, y lamentablemente para el día de hoy se le habían
agotado todas ellas. Él mismo se había atado la soga en el cuello, esa que lo llevaría a la muerte misma.

Suspiró, rememorando los pasos de la receta que
hace mucho tiempo había aprendido. Si quería lograr su objetivo debía obtener distracción de cualquier lado, no importaba cuánto tuviera que tardar.

"Entonces..."— Miró las hortalizas sobre la
estantería, dos zanahorias, tres papas y unos
cuántos pimientos "Se lavan las verduras y después...." Llevó su dedo índice hasta su mentón, frunciendo el rostro en una mueca de confusión.
Tratando de recordar si debía hervir los vegetales primero o el cacho de carne que guardaba en el refrigerador.

"Quizás son a la misma vez."— Murmuró
caminando por la pulpa de ternera. Aún dudando de lo que debía hacer.

Una vez la tuvo fuera, inició con lo que, a su parecer, debía hacerse primero: la carne hervida con sal y algunos otros condimentos. Terminó por encender la flama de la estufa y empezó su nueva labor de limpiar las hortalizas.

Decidió comenzar por las papas, así que, abrió la llave del agua caliente y de apoco fue tibiándola
hasta sentirla agradable. Tenía ya dos alternativas de calor brindándole calidez indirectamente.

Un bochorno que de apoco iba aumentando pero que por desgracia no notaba.

Cuando hubo finalizado con los tubérculos fue directamente con las zanahorias, dos largas y gruesas hortalizas de color anaranjado que le dieron mala espina. Era eso o el recuerdo de la polla de Minho cuando le estaba a punto de hacer una mamada.

— "¡No!" Se exaltó, olvidando a la fuerza esa imagen tan inadecuada.

Volvió a iniciar, con el ceño arrugado en determinación, dispuesto a no alucinar con nada pornográfico ese día. Pero es que para su imaginativa mente no le ayudaba el hecho de verse a sí mismo subiendo y bajando sin control una de sus manos sobre el vegetal, tomándolo con fuerza y ciñendo su propio puño sobre toda la extensión de la verdura. Y mucho menos cuando sus manos se sentían tan tibias, rozando por poco los grados más altos; juraba que su piel estaba a nada de arder.

Sin darse cuenta, su mano subió, esta vez con más delicadeza, deslizándose dulcemente sobre las capas celulares del ser inerte entre sus manos, Frotando con cuidado la punta y moviendo en círculos tiernos su dedo pulgar, imaginando que realmente palpaba el pene duro de su novio.

Jadeó sintiendo el calor sofocarle los pulmones, las
corrientes de energía viajando velozmente hasta su entrepierna.

"Mmmh." Suspiró bajando su mano sobre la zanahoria. Imaginando de más.

Cuando volvía a subir, el recuerdo de lo que estaba
haciendo le golpeó, zarandeándolo con fuerza y haciéndolo sentirse inservible. — "¡Joder, Jisung, basta ya!"

Se volvió a regañar, notando con poca delicadeza que se estaba poniendo duro solo por lavar los vegetales para hacerse de comer.

Vaya imbécil que era.

Vaya imbécil que era

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-J❤︎︎

𝐴 𝑤𝑒𝑒𝑘 𝑤𝑖𝑡ℎ𝑜𝑢𝑡 𝑀𝑖𝑛ℎ𝑜 ♡︎ MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora