미니 ; MINI CANDY SHORTS ✧ YOONMIN (윤민)

13: Fiesta-Castigo

Yoongi había tenido que salir fuera del país durante una semana por el trabajo.

Era viernes, cuatro días después de que Yoongi saliera de casa prometiendo su encuentro en siete horribles días.

Jimin ya no sabía con qué más entretenerse encerrado en el bonito apartamento que compartía con su novio, ya había limpiado hasta el más recóndito lugar de toda la casa y también ya se había masturbado con su consolador favorito.

Literalmente no tenía nada qué hacer más que esperar con ansias el regreso de su Gigi.

Jimin soportó hasta el sexto día, pues una brillante idea iluminó su cabeza como un farol en medio de la absoluta oscuridad.

Tomando su teléfono celular en mano, llamó al escuadrón rebelde, parrandero y atrevido, o sea, a Lisa, Jenni, Jisoo y Roseanne.

—¡Las espero! —colgó finalmente la llamada, soltando una risilla traviesa se puso manos a la obra y movió todos los muebles de la sala.

Pasaron las horas y pronto aquel apartamento de pareja se convirtió en un centro de reuniones para universitarios. Medio campus asistió a la llamada "pequeña reunión privada en casa de Park", las chicas se encargaron de distribuir bien las invitaciones y para las ocho de la noche la casa ya estaba a reventar de gente, por lo que tocó estar sacando gente cuando fue prácticamente imposible caminar sin que te manoseran en el proceso.

Jimin sabía que no era la cosa más responsable que había hecho en los últimos meses, y también sabía la cara de enfado que pondrá Yoongi cuando viera un chiquero en su hogar.

Yoongi enfadafo. Jimin saboreó los azotes en su culo con ansias mientras era follado contra cualquier superficie de la-

—¡Shot, shot, shot! —el repentino aumento de bullicio en su oreja le hizo volver a la realidad, donde Lisa empinaba una botella en dirección a su boca con los demás coreando de fondo, así que no pudo negarse y soltó una risa boba cuando aquello pareció despertar su ebriedad.

—¡Venga Jimin, vayamos a bailar! —ahora quien gritó en su oído fue Jenni, su rostro sonrojado revelaba que los múltiples cócteles ya estaban pasando factura.

—¡Vamos!

Todo lo que vino después fue como un borrón en la cabeza de Jimin, no supo a qué hora se fueron todos ni en qué momento su camisa había sido desprendida de su cuerpo.

En sus más profundos sueños, estaba sentado debajo de un árbol con varias crías de conejo en su regazo, el sol abrazaba sus mejillas y el viento fresco revoloteaba su cabello.

Sino hasta que una enorme nube gris nubló el cielo y frunció su ceño con extrañeza, amaba el clima otoñal que sus sueños le estaban brindando, y esa estúpida nube había arruinado su clima perfecto.

Luego, los conejitos fueron desapareciendo uno por uno de su regazo y refunfuñó con disgusto, dispuesto a pararse para pelear con quien sea el hijo de perra que halla decidido quitarle sus conejitos.

Fue entonces que sintió una enorme cantidad de agua cayendo directamente en su rostro que salió de los brazos de Morfeo, boqueando sorprendido y apartando los mechones de pelo pegados en su frente.

—Buenos días, amorcito.

Fueron las tres palabras que recibió de un muy enojado Min Yoongi frente a él, la casa si que había terminado hecha un desastre en la extensión de la palabra.

—G-Gigi... Que bueno que llegas... ¿Sorpresa?

—No sabía que entregar la casa prácticamente destrozada era el término de sorpresa para ti, primor.

—F-Fue una pequeñísima reunión privada. Ya sabes, cosas de universitarios y así... Jeje.

Después supo que estaba todo de cabeza, pues Yoongi le había cargado sin engaño ni aviso sobre su hombro directo hasta la habitación, que mínimo estaba intacta, pues no había permitido que nadie entrara.

Jimin sonrió malicioso, al fin tendría la follada del año.

(...)

—¡No, Yoongi, por favor no más!

—Calla.

—¡Y-Yoongi, p-por favor detente!

—¡Cállese!

Jimin soltó un nuevo sollozo mientras se removía como gusano en el enorme colchón king size, con ambas manos atadas a la cabecera de la cama, viendo como Yoongi destrozaba con tijeras todos sus preciados shorts más icónicos con los que había pasado incontables aventuras a lo largo de su adolescencia.

—¿Qué te parecen éstos? —el pelinegro extendió con ambas manos un pequeño short de mezclilla blanco con estampado de mariposas por todos lados—. Creo que estos los usaste cuando me coqueteaste en el elevador, ¿recuerdas?

—¡No, no, ese no Yoongi! Por lo que más quieras, ese no. Recuerda que ese short quedará como reliquia familiar para nuestros hijos como el comienzo de nuestra vida, ¿recuerdas Gigi, recuerdas? —inquirió Jimin cómo un desquiciado.

—Me vale tres hectáreas de pepino marino, despidete de él.

—¡Nooo!

Fue demasiado tarde para evitar lo inevitable. Yoongi pasó las tijeras por todos lados sin misericordia alguna.

Con ese, ya era más de veinte que descuartizaba sin piedad del pobre corazón de su pollito.

—¡Ya basta Yoongi! —gritó el rubio, harto y al borde del colapso mental.

Yoongi se detuvo de inmediato, viendo a Jimin rendido en la cama con lágrimas secas adornando sus mejillas y la respiración errática arrasando con su pequeño cuerpo.

—Me pasé, ¿verdad?

—La verdad es que sí, pero me lo merezco, creo. Tú pagarás mis nuevos shorts, pedazo del mal.

—Y tu te pondrás a limpiar, pedazo de cielo.

Ambos se dieron un tierno piquito, seguidamente el menor fue desatado de la cabecera y se acurrucó al cuerpo del mayor, dándose mimos y diciéndose lo mucho que se habían extrañado durante aquella larga semana.

—Ow, mi pobre chiquito pensaba que tendríamos sexo desenfrenado, ¿verdad?

—Sí, volví a quedar como un payaso nuevamente.

—Mi amor, eso solo tienes que pedirlo con palabras, ¿sí? —Yoongi dejó un casto beso húmedo en sus mejillas y párpados—. Procura que la próxima vez no implique dejar la casa como basurero de país tercermundista, ¿de acuerdo?

Jimin rodó ambos orbes mieles y soltó un resoplido exhausto. —¿Me follarás?

—No. Eso también es parte de tu castigo.

—¡MIN YOONGI!

un poquillo caca la verdad, pero mi cabeza no da pa más gente.

#elcovidnoexistealaverga

no se crean, vacúnense porfa y usen cobre hocicos, mantengan su sana distancia y no salgan a menos q sea necesario.

-----nahilaaaa.