Jimin se apresuró en guardar sus cosas en su mochila tan pronto observó la hora y vio que su turno había acabado. Y estoy segura de que se preguntarán, ¿Jimin, un universitario que según es estúpidamente millonario, TRABAJANDO? Pues sí, debido a que... Estaba aburrido, la verdad. Su vida se centraba en su fantástica relación con Yoongi, pero el mayor estaba fuera de Seúl por el momento y sus amigos también estaban en sus ciudades y países de origen por las vacaciones de invierno.
Así que Jimin estaba solo desde hace dos semanas y había conseguido un trabajo para quitarse el aburrimiento por las tardes en una linda (pero ajetreada) cafetería en un centro comercial muy decente. Ahora su misión para el día era aprovechar la tarde-noche para encontrar el regalo perfecto de navidad para su Suggar Baby a.k.a Min Sabroso YoonGi.
—¡Nos vemos!— ondeo su pequeña mano en dirección a sus compañeros de trabajo, despidiéndose.
Al salir por la puerta sintió el frío atravesar su cuerpo, después de todo en Corea siempre nevaba y la temperatura bajaba muchísimo. Decidió colocarse bien la bufanda y sus guantes, se colocó bien su mochila y emprendió su viaje.
La cuestión aquí era: ¿qué coño se le regala a un don (señor) ya viejo?
Pensó en un traje, pero sería estúpido tomando en cuenta que su casi esposo era un empresario que usaba trajes todos los días. Después pensó en zapatos, ropa casual, pijamas, relojes y nada le gustó. Yoongi también era un hombre con una buena posición económica, él tenía todo eso y mucho más entre sus pertenencias.
Y ciertamente sentía anhelo de obsequiarle algo único, para que el mayor pudiera apreciar cuánto amor tenía por todo él.
Entró a una tienda de baratijas y salió con unos pendientes y unas gafas de sol pero para él mismo. Después entró a una tienda de joyería y compró un collar de perlas pero para él mismo. Caminó un poco más y encontró una tienda pasteles y salió con un pastel de red velvet y algas marinas pero para él mismo. Subió por las escaleras eléctricas y vio una librería, de donde salió con una trilogía de fantasía pero para él mismo. A lado había una florería y compró un ramo de orquídeas para ponerlas en el centro de la mesa.
Cuando ya no pudo cargar más cosas, hizo un camino difícil pero no imposible hasta su auto, donde subió las cosas cuidadosamente en el asiento trasero, emprendiendo su camino a casa con la radio encendida y una sonrisa en la cara.
Luego recordó.
—¡MIERDA, EL REGALO!— giró el volante bruscamente y volvió hacia el centro de la ciudad, enojado consigo mismo por una vez más, olvidarse del propósito inicial.
Decidió no volver al mismo centro comercial y manejó de Gangnam, su lugar de residencia, hasta Itaewon, para darse una vuelta caminando y ver qué podía encontrar para Yoongi.
Entró a varias sucursales de todo tipo de cosas, pero nada le convencía. Hasta que entró a una tienda de lencería y juguetes sexuales y encontró una joya.
Unos pequeñísimos shorts con estampado navideño en ellos, claramente no dudó en comprarlos.
Luego pasó por una peculiar tienda de rocas de colores y decidió entrar.
(...)
Jimin miró el gran pavo sobre la mesa y sonrió satisfecho. Había preparado una gran cena para rl regreso de Yoongi al estilo americano, con una pasta, puré de papa y un postre de manzana. Además de la champaña, por supuesto.
Había optado por vestirse con los dichosos shorts, con una gran hoodie roja encima y sus largas calcetas navideñas que llegaban a la mitad de sus muslos.
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미니 ; MINI CANDY SHORTS ✧ YOONMIN (윤민)
Fanfic"Donde Yoongi ama ver a su vecino todos los días por la mañana regar las flores con esos mini shorts puestos que le dejaban ver un pequeño tramo de aquellos redondos globos que tenía por trasero. ---¡Vecino, esos shorts le quedan de puta madre...