Capitulo 4 - Historia del Presente

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En el reino de la luz, Dan iba de una dirección a otra, realizando las tareas que Barastra le otorgaba cada día, a cada hora, siempre atendiendo los pendientes que el reino demanda, aunque tenía una hora todos los días para descansar, siempre se dirigía a otra tarea que realizar, a pesar de ser una carga pesada que requiere todo el día, la verdad, Este, no le importaba trabajar de más, incluso ya de noche, se le encontré merodeando las calles del reino y los pueblos cercanos, vigilando cualquier inconveniente.

La rutina para el pequeño, siempre era el mismo, despertar, pasar asistencia con Barastra y hacer las tareas del día que tenía que hacer.

-Tarea 13, limpiar las calles principales - Dan pasaba volando por las avenidas principales, siempre con somnolientos saludos de los leales mañaneros que se despertaban ante la destacada salida del sol, al ser un Guardián, para Dan, eran tareas fáciles y muy sencillas, pues con su poder no parece tener dificultad alguna en realizar sus responsabilidades

- Tarea 56, ayudar a los granjeros- para las 9 de la mañana, Dan se disponía a volar fuera del reino para dirigirse a los campos de cultivo que tenía a sus alrededores, llenas de distintos cultivos y animales de granja, Dan se disponía hacer las tareas comunes de los Granjeros más ansíanos, cosechando, cultivos, hacer las tareas de pastor y recolectar los productos de la granja; a Dan siempre le gustaban las pequeñas tareas que él mejoraría, pues se avía hecho amigo de todos, incluso de los de corazón más duros que el acero, según decía su anciana amiga Mili, a la que siempre le aceptaba una taza de café con leche

-Tan temprano y ya me bienes a molestar- Dijo Mili agitando el brazo asía Dan, que cargaba con varias cajas de madera que dejaba en el patio de la anciana- no ves que me despertaste de mi sueño muchacho- Dan aterriza en el patio, dejando a la pobre vista de la anciana unas cajas llenas de cultivos de sus granjas

-hola Mili, perdón por despertarte, pero es mi tarea del día

-Tú y tus tareas, no ves que me quitas mi trabajo, como quieres que yo coseche lo que cultivo, si tú haces todo por aquí- Mili se acerca para darle un zape en la cabeza como de costumbre

- ¡Hay...! perdón- dice Dan sobándose la cabeza- pero solo quería quitarle algo de trabajo

- pues quien te cree que soy, ¿una anciana de 75 años que apenas y se mueve? - Mili le suelta otro zape - yo cultivaba estas granjas desde niña con mi padre y tú no vas a quitarme ese trabajo

-Lo siento- Dan se soba la Cabeza una vez mas

- Ahora pasa, ya me duelen los nudillos por el frio, y trae la leche que ordeñaste

- en seguida- Dan agarra la leche para meterse a la pequeña casa de la anciana, para sentarse en su asiento de siempre, un pequeño banco de madera junto a la mesa, donde se encontró la silla de Mili, mientras se calentaba la leche

-Ten- Mili le da un pequeño pocillo con su leche caliente y el café a un lado- es malo iniciar las tares sin nada en la pansa

-gracias

-es lo mínimo que hago solo por qué haces mi trabajo- en eso Mili deja su pocillo y golpea la mesa- ¡pero no me pidas más!, de acuerdo, no creas, que me estás haciendo un favor

-je..., no, como cree eso

- no creas que no conozco que es lo que piensas de mí, una anciana sola y sin nadie, como podría alguien como yo cuidar las tierras de mi padre, ¡pues se equivocan!- Mili da otro golpe a la mesa, mientras Dan seguía bebiendo su café – estos huesos pueden ser viejos, pero aún son tan duros como el acero, ¡je, je!- en eso Mili se levanta de la mesa muy animada para ponerse su overol y sus botas sobre su gabardina- vamos Dan, tenemos mucho trabajo por hacer- Dirigiéndose a la salida, Mili toma por el cuello del suéter de Dan, haciendo que se atragante por el ultimo sorbo de su café

El reino de los vientos - 1° parte - El regreso de oesteWhere stories live. Discover now