~Interludio~

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- ¡Debo estar demente! - Se dijo Ochaco Uraraka mientras viajaba en el elevador y cuando llegó abajo salió sin saber qué hacer.  - Dios mío. - Susurró con nervios al ver el lugar semi iluminado, era la primera vez que estaba tan tarde en el área común y era como decían, aterrador. 

Respiró hondo buscando calmarse más no avanzo mucho, se quedó parada delante del elevador de chicas y no se movió pues, simplemente estaba soldada al suelo al recordar porque estaba ahí a esa hora. "No sé qué voy a decirle, además pensará que me perdí" Dijo mirándose. "Pero me veo tan bien... ¡Rayos!" Suspiró, entonces se fijo en las surippas en sus pies. "No, eso no se ve bien" Pensó por lo que caminó hacia los casilleros de zapatos, se hizo florar a sí misma para llegar sin tocar el piso sucio de la entrada, y una vez las dejó en el que le correspondía regresó flotando a la duela, entonces libero su quirk.

Uraraka se paró ante el elevador de varones y se sonrojó de inmediato, negó con la cabeza y caminó a la sala en dónde se detuvo frente al sofá. "Antes que nada debo pensar qué le voy a decir porque ni siquiera sé cómo comenzar" Pensó al recordar lo dicho por las demás chicas y eso no lo comprendía; jamás se dijo si él le gustaba o no, si hacía latir muy fuerte su corazón o la ponía nerviosa... Lo que sí sabía era lo que le hacía sentir físicamente.

Uraraka exhaló y cerró los ojos, termino sentándose en el sofá y recordando como por las noches lo imaginaba mirándola, a ella y a nadie más y el cómo sus destructivas y peligrosas manos acariciaban su cuerpo.  Las muchas veces que pensó en si la nitroglicerina que exudaba era capaz de destruir su traje de héroe solo para que esas palmas rozaran su piel.  No... Ella no se veía con él en una tarde en el parque compartiendo un helado, ella se veía en sus brazos y bajo su peso presa de esos iris rojo carmín que la miraban con deseo desmedido. Era por eso que no se atrevía a moverse porque no sabía que iba a pasar si él le decía que sí; así como dijo Hagakure, si él le pedía algo más, ella no iba a decirle que no, pero lo que más temía, era  pedírselo ella a él.

Terminó con las manos en la cara, siempre cuidando de elevar el meñique para no irse hasta el techo. "Ni siquiera sé si esto es normal" Pensó, pero dada la plática de la pijamada, comenzó a pensar que no estaba tan loca después de todo; ella no tenía que pensar mucho la respuesta a la pregunta que se le formuló previamente entre sus amigas, a quien quería ella bajo su falda, era a Bakugou Katsuki. 

Uraraka se sentó en el sofá y cerró los ojos. "Hola Bakugou kun... vine a... ¡No!" Se mordió los labios y comenzó de nuevo. "Buenas noches Bakugou kun, yo vine a..." 

- A besarte... - Y terminó con las manos en la cara y tumbada sobre sus muslos. - ¡Por Dios no! ¿Cómo le voy a decir eso? Creo que me voy a morir en sus narices antes de decirle nada, pensará que soy una desesperada o que soy... - Lo que iba a decir era "pervertida" y se puso muy roja, de nuevo el corazón le saltó en el pecho y la piel se le erizó; la simple idea de que él "se pasara de la raya" le excitaba sobremanera. "¡Dios mío! De verdad ese chico me tiene mal" Pensó al saber que era un fruto prohibido, ni se diga atractivo y apetecible. Y apretó los puños levantándose del sillón, caminó al baño de chicas y se encerró en un cubículo al darse cuenta que se sentía un tanto más emocionada; se bajó el short y se vio las pantaletas y terminó con las manos en la cara. "Por favor basta Ochaco, esto es absurdo" Mentó para sí y se aseó, luego salió y se acomodó la ropa mirándose al espejo. "Me siento tonta estando aquí haciendo nada, pero si me regresó quedaré peor que tonta... aunque Yaomomo chan dijo que cuando estuviera lista pero... bueno estaba lista, o eso pensé..." Se llevó la mano al pecho y sintió su corazón latiendo deprisa, de verdad se sentía atribulada y nerviosa. "¡Bueno ya! No resuelvo nada comiéndome la cabeza aquí como demente, mejor me voy y ya" Se decidió y salió del baño enfilada hacia el elevador de chicas, ya iba pensando con qué disculparse pero entonces giró el rostro hacia el elevador de chicos; no pensó en nada sólo avanzó y apretó el botón. - ¿Qué hice? - Dijo al ver que desde el tercer piso venía bajando para recibirla y cuando las puertas se abrieron dio un respingo de pies a cabeza. - ¿Por qué lo hice? Yo iba a irme ya. - Y no se movió; el elevador esperó unos 45 segundos y cuando las puertas iban a cerrarse metió la mano evitándolo, se quedó en esa postura unos 10 segundos más y terminó entrando; tragó saliva con dificultad y la puerta se cerró a su espalda haciendo que su corazón enloqueciera en su pecho; entonces miró el panel y pensó. 

~Noche de Secretos 2~ (ǝɥɔoN ǝp soʇǝɹɔǝS) *Versión Kacchako*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora