Me tocó ser yo misma; espero sepas saberlo.

Supernova.

A veces me pregunto que es lo que me pasa,
y siempre es la misma respuesta.

Vos, sos vos lo que me pasa.

Me pregunto porque sos vos.
Por qué no otro.

Y lloro.
Mucho.
Y llora mi alma.
Y me escondo en la tristeza.
Y mis amigas me ven apagarme.

Y te odian.
Y yo también te odio.

Pero desde que llegaste me siento más feliz.
Entonces no te odio más.

Y entro en conflicto porque no deberías ser vos pero sos vos igual.
Y lloro de nuevo.

Entonces me abrazo el alma y me tengo pena y siento que ya no puedo más.

Pero vos me sacas adelante sin saberlo.

Sos una estrella.
Igual que yo.
Igual que todos, en realidad.

Todos piensan que ya explotaste.
Y tu explosión causo un agujero negro.

Pero no.

Yo te veo.
Y me veo a mí.
Porque en algún momento yo también fui estrella nueva.
Y también me vieron como un agujero negro.
Pero cambié.

Y exploté.
Y sé que ahora soy una supernova incluso cuando me apago.

¿Vos que vas a ser?
No lo desifro.
Espero que una supernova, como yo.
Porque todavía podes cambiar y explotar y mejorar.
Porque la salida no esta muy lejos.
Vos tenes que verla.

Y si no.
Si estas condenado a ser un agujero negro.
Espero que el frío y el misterio no me llamen.
No me atraigan a vos.
Porque entonces caer sería condenarme.

Y creo que me condené tanto que ya no merezco más perpetua.

//

Hasta día de hoy, dudo de mí misma.
Me destruiste la psiquis, pero igual yo quería salvarte. Tal vez simplemente no estabamos destinados a eso, Cristián, espero sepas entenderlo, si es que siquiera te importa.

Supernova, esos días  lo descubrí. Yo soy Azul, y soy supernova.
Vos, morocho, sos agujero negro. Y yo, jamás quise verlo, y por eso me tragaste.