Jiwoo fue la primera en dar un golpe el rostro del hombre, haciendo que este cayera al suelo y se quejara. Sunoo dio una patada en su entrepierna y al igual que un golpe en su mejilla dejándolo inconsciente.
- Nunca pensé que esas clases de karate me servirían de algo. - Dijo Sunoo.
- Vamos. - Sunoo empujó la puerta dejándolos entrar al club, había un montón de gente bailando en medio de la pista. - ¡Allá!
Sunoo vio a lo lejos a Sooyoung y a Heejin sentadas en una mesa rodeadas de hombre que no se veían para nasa amigables.
- ¿Jiwoo? - Sooyoung pudo ver el rosotro de Jiwoo en la gente pero luego desapareció.
- ¿Esa no es tú ex? Vamos a otro lugar para que te olvides de ella. - Sooyoung la miró con terror y negó.
- Ya es tarde, tengo que irme...
- Linda, aún no vamos a la mejor parte. - Miró a los hombres que estaban enfrente de ella y sonrió. - Chicos, encierrenla.
- ¿Qué? ¡No! ¡Jiwoo!
- ¡Sooyoung! - Los tres llegaron donde estaban esos hombres y Heejin. - Sunghoon, ves a buscarla.
Sunoo se escabulló en las piernas de uno pegándole en su entrepierna, de apoco cada uno caía al suelo inconscientes.
- ¡Cuidado! - Jiwoo pudo esquivar aquel cuchillo que iba directo a su abdomen.
Tomo su brazo y le hizo una llave, Heejin soltó un quejido.
- Eres bastante astuta, Jiwoo, pero tú noviecita es bantante idiota para caer ante cualquiera. - Jiwoo subió más su brazo.
- No la encuentro. - Sunghoon llegó donde estaban algo desesperado, su hermano no estaba por ningún lado.
- ¿Donde está? - La chica rió. - ¡¿Donde está maldita sea?!
- No lo sé, ellos lo sabían, yo solo di la orden. Lamento no poder ayudarlos, chicos.- Huzo un puchero.
Unos sollozos se escucharon de repente, Sunghoon se puso alerta y siguió el sonido llevándolo a una bodega.
- ¿Sooyoung?
- ¿Sunghoon? ¡Sunghoon, aquí! - El castaño abrió la puerta de la bodega y vio a su hermana.
Al instante corrió a sus brazos, Sunghoon acarició su cabello y la llevo hasta arriba.
- ¡La tengo!- Sunoo ayudó a llevarla al auto dejando a Jiwoo con Heejin.
- ¿Me puedes soltar? Ya la tienen. - Jiwoo la soltó y se cruzó de brazos.
- ¿Por qué la engañastes? ¿Por qué la trajistes hasta aqui?
- Da igual, mi plan no funcionó.
Jiwoo no quiso seguir discutiendo y salió de aquel club con una sontisa victoriosa.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
