XVII. Última misión

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Aquel canino blanco despertaba cada día intentando interpretar sus visiones, la joven Anya casi no leía su mente ya que no quería exponernos a Bond a un estrés innecesario...

La pelirosa había estado bajo mucho estrés en el instinto, aún no hacía pública su relación con Damian preferían mantenerlo como algo secreto para los dos.

Sin embargo el que fuesen novios oficiales incrementaron sus celos mutuos apesar de que Anya no solía ponerse celosa comenzó a notar como la mayoría de las jovencitas del plantel miraban enleladas al pelinegro muy pocas tenían el valor de acercarse pero si había algunas Kamicaze que no le tenían miedo a ser ignoradas.

Mientras que él pelinegro solía estar una poco más inmerso en sus pensamientos solo disfrutando estar aún lado de Anya cada vez que podía.

Pero ese día en particular Bond esta inquieto había visto varias señales... no quería dejar que Anya asistiera a la escuela...

La jaloneo de la falda del unifirme sin embargo aún así no pudo impedir que su ama se fuera...

Era el día estaba seguro el día de sus repetidas visiones estaba sucediendo.

Yor traia el mismo atuendo una blusa azul y unos jeans negros y Loid portaba el traje gris que rara vez ocupaba sin embargo. Todos traían la misma ropa que en su visión.

Incluso lo niños que al momento de regresar del Jardín de Niños se pusieron los mismo atuendos que en su premonición.

El canino se la pasaba dando vueltas en espera del regreso de la pelirosa y hacía todo lo posible en sus patas para poder hacer que los gemelos se cambiaran de atuendo.

Sin embargo ninguno de sus intentos funcionaba ya que aunque cambiarán los atuendos la visión seguía siendo la misma.

Para alivio de la mascota Anya regreso de la escuela sana y salva y por primera vez en el día pudo descansar y se acostó a dormir, debido a su edad se la pasaba el 90% del día durmiendo y solo salía al paseo de la noche con la familia completa.

Se recostó lleno de cansancio sintiendo como la preocupación se desvanecía cayendo en un sueño profundo. Sin embargo escucho como unos pasos se alejaban sus párpados estaban pesados y solo pudo entreabrilos levemente.

Visualizo como Anya y los gemelos estaban en la puerta dispuestos a irse.

Con mucho esfuerzo se levantó y corrio a la puerta jadeo cansado y agotado su viejo cuerpo fallaba a cada paso.

La pelirosa solía llevar a sus hermanos a un paseo por la tarde todos los días en un parque.

—¿Que ocurre Bond? —pregunto Anya inclinándose para ver su perro.

Y Bond intento mostrarle la visión para convencerla de que se quedara pero su mente lo traicionaba no podía enseñarle la imagen claramente.

—¡Vamos!, ¡vamos!— gritaban los dos pequeños corriendo.

—Vuelve a dormir Bond para que Anya nos lleve al parque —Dijo Alis jalandole la cola al can.

—Wooff— ladró el perro ya con sus cuerdas vocales desgastadas sacudiendo sus enormes patas hacia Anya.

Nada funcionaba y salió corriendo a otra dirección sus patas resbalaba en el piso ¿Acaso el destino estaba en su contra?

Anya estaba por irse con los gemelos.

—Woof, woof —ladró antes de que estos salieran con mucho más esfuerzo que antes pues esta vez llebaba algo en el osico y no podía abrirlo bien.

—¿Quieres acompañarnos pequeño?— pregunto dulcemente Anya tomando la correa que llevaba el canino. —Ya estas muy viejo pero... si eso quieres te voy cargar de ser necesario.

UN CARIÑO COMPLICADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora