Si vieras lo que yo veo

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Capítulo I - Si vieras lo que yo veo
Personajes: Uchiha Madara
Universo: Universo alterno
Advertencias: Lemon

Nota del autor: Escribí este OS básicamente para mí. Si alguien se siente más cómodo consigo mismo luego de leerlo, con eso me basta.

Si vieras lo que yo veo

Estaba parada frente al espejo de cuerpo entero. Todo estaba perfecto: las uñas pulcramente pintadas, el cabello ondulado coquetamente, con aquel largo medio que siempre le había gustado a Madara y el corazón que le daba forma a sus labios delineado con un carmín rojo. Más atrás, apoyado sobre el umbral de la puerta, estaba Uchiha, esperando pacientemente. Dentro de sí, disfrutaba ese tipo de momentos donde la contemplaba organizándose. Podía sentarse en la cama por horas a verla hacer su cabello o maquillarse. Todo estaba perfecto o al menos, debería. Todo menos aquel vestido. Darle un vestido ceñido al cuerpo, con una cantidad ingente de lycra a una chica insegura con sus curvas calificaba perfectamente como tortura.

Volvió a mirar su reflejo. Sus caderas eran más anchas de lo normal, sus muslos lo suficientemente grandes como para juntarse de una forma que creía que poco atractiva y aunque aquel panty de encaje que llevaba debajo hiciese muy bien su trabajo, era imposible negar que tenía algo de panza. La causa de su tormento, por demás, había sido un regalo de Madara, su adorado marido. La parte superior contaba con un estampado a rayas y un escote profundo, aunque no lo suficiente como para dejar ver su ropa interior. A nivel de la cintura tenía un fajón rojo, lo que justificaba la elección de sus zapatos. Finalmente, una falda con forma de tulipán negra, acentuando cada defecto. Lo único que se le podía agradecer al vestido era que la tela tenía un grosor aceptable. La mujer se dio la vuelta frente al espejo. Dejó caer sus hombros en señal de derrota. Aquel pedazo de tela que envolvía su cuerpo no era estrictamente corto, por el frente llegaba a la mitad de sus piernas, pero por detrás, las cosas eran bastante diferentes. El tamaño de sus glúteos deformaba el corte, de tal forma, que con el más mínimo movimiento se vería ese oscuro lugar donde sus nalgas se unían con sus pálidos muslos.

Arrastró sus pasos hasta el closet y abrió la puerta, buscando algo más suelto, que se adaptara a su particular figura. La voz profunda de Madara llenó la habitación.

– No.

– Pero ¿no crees qué...?

– No. – Uchiha azotó bruscamente la puerta del armario. – Me estás cuestionando y mi respuesta es no. Además, mujer, sabes muy bien que a Uchiha Madara no se le cuestiona. – La aludida sintió como un nudo se formaba en la boca de su estómago.

En variadas y muy distintas ocasiones, una pregunta surcaba la mente de aquella fémina: ¿Por qué Madara, aquel hombre tan aparentemente perfecto, la había elegido? Siempre le había parecido extraña, o cuando menos, especial, aquella situación.

Lo que ella no sabía es, además, de una serie de virtudes que Madara veía en ella y que nunca mencionaba, como el hecho de que pudiese cuidarse sola o fuese bastante inteligente, lo que más le había llamado la atención era justamente lo distintos que eran. Su esposa era considerablemente más baja que él y sus formas no iban con el canon, pero a Uchiha poco le importaba aquel asunto. A sus ojos, sus defectos la redimían. Eso y que, innegablemente, a Madara le prendía que el culo de su adorada mujer fuera mucho más grande que el promedio.

La arrastró hasta el espejo nuevamente, y se puso detrás suyo. Con su brazo izquierdo, la atrajo más hacia sí, haciendo que sus glúteos se rozaran suavemente contra la erección que crecía entre sus pantalones mientras su mano derecha, áspera y masculina, se paseaba por sus piernas. Aspiró el olor de su cabello y delineó sus curvas hasta hacer su pelo a un lado. Uchiha deshizo su caricia trazando el mismo recorrido, llegando al dobladillo de aquella falda. Sus boca, a su vez, se había perdido en el cuello de la mujer que se aferraba a sus brazos y sus besos eran tan sutiles, que su esposa dudaba de que fuese Madara quién la rozaba con sus labios.

ONE SHOTS | Uchiha MadaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora