Tercero de secundaria

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Al principio todo iba genial, pensando que el estar en el mismo salón con el chico que me gusta traería grandes ventajas y podría superarlo o llegar a que él sintiera algo por mi.

Pero todo cambio cuando paso el tiempo, me acerque a él y a su grupo de amigos, mis amigas se unieron conmigo, aunque no se soportaran del todo.

Cada día me fui abriendo más y más a ellos, incluso llegue a conocer sus manías y pequeños gestos que los delataban.

Aunque todo era miel con hojuelas durante los primeros meses fuera del salón las cosas iban tomando un rumbo que no me esperaba.

Mi salón no me agrada ni me agrado, nunca supimos llevarnos bien, y ahora que estamos por terminar el ciclo escolar las cosas se pusieron peor.

Vayamos al mes de Febrero, todo estaba bien hasta que Él decidió que mi amiga le gustaba, una daga al corazón que no dolió, fue de plástico y la lanzo solo un niño de 5 años.

Después vino la misma daga, ahora lanzada por un adulto, mi amiga sentía algo por él, pero esto solo me empujo un poco, aun seguía en pie.

Una daga más potente, de madera lanzada por un niño de 10 años con habilidades pero sin puntería a mitad del pecho, me libre de la muerte, pero causo una gran herida, ellos eran felices en su relación de ignorancia.

¡¡Dios!! Esta me ha sacado el aliento de mis pulmones, me ha perforado uno, mi amiga a decidido que es hora de que solo vuelvan a ser amigos.

Espero no recibir una daga más, no se cuantas más pueda superar.

Daga de metal, esta vez no es una son dos, una directo en el pecho, no se si duele más esto o que Él pelee por un caso perdido. La otra directo a la pierna, me inmoviliza y no me da oportunidad de advertir a mi amiga de sus actitudes.

Estoy cansada, esta vez voy a regresar a casa y a quedarme ahí.

Mala idea, una flecha rosa mi frente dejando en claro, que esto aun no termina, que debo dar pelea. Solo habrá un ganador y nada juega a mi favor.

Construyo mi armadura y apenas consigo algo con lo que pueda defenderme.

La gente grita que me retiré, que no tengo nada más que hacer ahí, me encuentro sola, y ella me mira al rostro, su rostro me muestra a alguien que no conozco, una mascara, un clon de todo lo que una vez ella odio.

Tal vez no gane esta batalla, pero me servirá de experiencia.

La pelea esta por comenzar, esta vez no solo lleva una magnifica daga, lleva uno de los mejores escudos, la indiferencia y la falsedad, como si no fuera suficiente trae su arco con flechas de excusas, yo solo traigo mi armadura de necedad y mi lanza de la honestidad, de acuerdo a mi realidad.

Comienza la batalla, mi pronostico no se equivoco, lo que tengo no es suficiente para lo que me enfrento, trato de retirarme, pero es demasiado tarde, mi corazón recibe la daga en un solo palpitar, caigo al suelo rendida.

Ya en mis ojos solo queda un poco de fe, en ese guardián que me prometió terminar mi misión. Abrirle los ojos frente a un espejo que le muestre en lo que se a convertido.

Mi cuerpo, con sus ultimas fuerzas, libera mi alma para que busque un nuevo cuerpo que habitar, lejos de este malestar.



Pensamientos de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora