La luz del sol se colaba por un espacio entre las cortinas y le pegaba de lleno en la cara. Pronto se fue removiendo entre las sabanas y lentamente empezó a abrir sus ojos, se frotó la cara con la mano izquierda y miro el reloj que se hallaba sobre la mesa de luz, joder, ya era bastante tarde.
Trato de levantarse de la cama y sintió que un peso sobre su pecho se lo impedía, no fue hasta ese momento que pudo ver una silueta femenina a su lado, era el brazo de esa mujer lo que le impedía seguir adelante. Ella aun estaba dormida, tenia el pelo corto, de color negro, con algunos mechones color púrpura en su flequillo. Tenia además el maquillaje de la noche anterior un tanto borroneado y estaba semi desnuda. El levanto ese brazo que le estorbaba y se sentó al borde de la cama. La resaca de la noche anterior le estaba pasando factura, así que se puso unos jeans desgastados que encontró en el suelo y sin siquiera calzarse emprendió rumbo al baño, esquivó unas cuantas botellas de bebidas alcohólicas, restos de vidrio, tuercas, colillas de cigarrillos y demás objetos en el camino. El único ruido que se escuchaba era el del televisor que estaba encendido y sin señal.
Lo primero que hizo al llegar al baño fue mirarse al espejo, su cabellera negra estaba más alborotada de lo usual, aún conservaba los piercings que se hizo a los 17, tenia ojeras y... ¿eso es un chupón o un moretón? No pudo siquiera responderse a sí mismo cuando empezó a sentir que algo desagradable subía por su garganta. Por instinto fue rápidamente hasta donde el inodoro se hallaba y todo ese alcohol que había tomado la noche anterior (probablemente con alguna que otra pastilla) abandonó su sistema. Tiró la cadena, se enjuagó la boca y se volvió a ver al espejo. Definitivamente Hiro Hamada había cambiado en estos 4 malditos años.
Se escucharon uno pasos desde la habitación, la joven que hasta hace unos minutos estaba dormida ahora se hallaba reposando contra el marco de la puerta mirando a Hiro con enojo.
-Eres increible-
-...-
-¿Siquiera estas consciente, o es que acaso toda esa mierda que te metes al sistema no te deja tan lúcido como quisieras?-
-Vete.-
-La cagaste otra vez Hir...-
-LEIKO MALDICIÓN, SOLO VETE-
La joven se sorprendió, Hiro nunca la llamaba por su nombre. Mas ella sabia que no era su culpa la razón del enojo de ese idiota.
-No vuelvas a llamarme- finalizó ella luego de tomar sus cosas para irse de esa casa, no sin cerrar la puerta de un golpe.
Hiro se quedo solo, mal acompañado por su resaca y por el enojo que tenia consigo mismo. Si, la había cagado, había decepcionado a alguien que siempre había estado ahí para el.
De momento solo empezó el dia como si fuera uno más, tomo una ducha, se vistió y fue a ayudar a su tía Cass con la cafetería. Esa era la misma rutina: por las noches se escapaba para disfrutar peleas robóticas y/o para drogarse pero de día, frente a los ojos de su tía, fingía ser el chico tranquilo, alegre, carismático y atento que realmente no era.
Frente a los ojos de Cass el actuaba como Tadashi.
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Hola a tod@s, espero les haya gustado este primer capítulo. . Me inspire en la canción "Candombe de resaca" de la banda Las Pastillas del Abuelo para hacerlo...
Perdón por la demora, me cuesta escribir desde el teléfono, sin mencionar que todos los dias voy escribiendo un poquito en mi tiempo libre (cuando la inspiración esta ahi, claro)
Supongo que siempre va a ser asi puesto que hace rato no toco un pc. Ademas entre el colegio y eso... bueh! Ustedes entienden ;)
Nos leemos~ ♡
