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Hanna

Este sentimiento, está sensación, como si algo se acercará, como si me acecharan. No pude dormir toda la noche, los ojos de Ciaran no dejaban de aparecer cada vez que cerraba los ojos, era algo que me atormentaba, al día siguiente decido no ir para asegurarme de que mi mente y cuerpo estaban bajo control.
- ¡Hanna, las Forde!
Grita mi tía Aurora desde la puerta principal. Las hermanas del mal como en el inti las llamaban, eso me hizo gracia porque en parte sí lo son.
- Rim, Rinna.- Las saludo con un beso en la mejía a cada una y veo como se sonrojan, pero entonces Rinna que es un poco más ruda y  atrevida, me coge la mano.
- ¿Esta todo bien?
- Si, es solo que los chicos de ayer, me pusieron de los nervios al principio con las cosas asquerosas que decían, y luego se quedaron sin voz.- Rim empezó a reír.
- A mi me hizo más gracia la cara de Ciaran.- Me comenta Rim que es silenciosa, tímida pero mala muy mala. - Tan preocupado de que te pase algo.
Al decirme eso mi corazón se estremeció, y hablar o pensar en Ciaran era una batalla por respirar adecuadamente. Rinna de cabello oscuro y mechas rojas, se acerca.
- Procura no sentir, sabes que es un simple humano. No seas tan poca cosa.- Me dice mientras se le enrojecen los ojos. Pero entonces me acerco a su oreja y le susurro.
- Dejé de sentir hace demasiado tiempo, cariño.
Y con eso nos echamos a reír, aunque eso sí me dejo un poco atónita por dentro. No podía sentir algo por un humano, no cuando aún no he encontrado lo que estaba buscando.
Después de pasarme el día anterior en casa con las gemelas, decido ir al inti para no aburrirme en casa, y al salir de casa lo veo caminando tranquilamente con Auriculares en las orejas, pero no esta escuchando nada. Es como si los llevara de decoración para que nadie se pare a hablar con él.
Realmente desprecia a los demás, que le habrá pasado. Me decido acercarme.
- Hola, buenos días.- El se quita los auriculares y se me queda mirando.- ¿ que escuchas?
- Nada. – Me responde con calma.- Entonces le quito el auricular de la mano y me los meto en la oreja.
- Tienes razón.
- Yo no miento.
- ¿Aunque sea para proteger a alguien?
- Si, prefiero proteger con la verdad.
Me lo quedo mirando, y pierdo la cabeza al pensar que por un momento podría ser lo quién estaba buscando por años. Noto como me hierve la sangre y me apartó un poco nerviosa.
El se da cuenta pero no dice nada.
- ¿Por qué no viniste ayer?
- No me encontraba bien, ¿preocupado?
El no responde solo sigue caminando en silencio mirando a la nada. Al llegar al insti y querer cruzar la calle no me doy cuenta que viene un coche asta que Ciaran me para con la mano, es decir yo embobada mirándole y él…
- ¿Puedes mirar por donde vas?
- ¿Cómo lo has hecho?
- ¿Hacer el que?
- No me estabas mirando como sabías que iba a cruzar.
Frustrado no me contesta y solo decide cruzar al dar luz verde, esto cada vez me hace dudar más y más. ¿ Y si es el? ¿ Y si? Decido guardar silencio y apagar la luz roja encendida en mis neuronas, ya veré como averiguarlo.
Por ahora es mejor bajar la guardia. El es listo y noto como me observa de vez en cuando, sobre todo después de ver como se me enrojecían los ojos. Aunque no sé cómo me pude haber sentido así con solo el  acercamiento de un simple humano, eso es un simple humano.

El demonio quiere a Hanna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora