Acuario: Mi pez dorado.

Capítulo V

Se que a algunos no les agrada esto y este capítulo comienza con una escena con un tonito fuerte, no es mucho pero cada quien decide si leerlo.

No se como vaya a resultar esto pero es trabajo honesto.

Para quien se quiera saltar esta parte puede comenzar a leer cuando ponga esto: ~<~>~
Gracias.

15 años y 20 días.
California, casa del abuelo.

-¿Estas seguro de esto?

-Si es por ayudarte esta bien, además también quiero saber que se siente y si es para aclarar dudas puedo hacer una excepción contigo.

Tras eso, ambos chicos entraron al cuarto y cerraron con seguro, el reloj marcaba las 23:00 hrs de aquel 12 de marzo, el clima estaba alterado y el frío era algo fuerte.

-Esto no cambia nuestra amistad, solo será esta vez.

-Si tú lo dices, de acuerdo.

-Toma asiento.

El rubio tomo asiento en la cama y una vez que el castaño hizo lo mismo se voltearon para quedar de frente.

-Todo seguirá igual y si alguno dice alto nos detendremos.

-Claro.

De sobra estaba decir que el castaño estaba nervioso, sin perder mas tiempo el castaño tomo la cadera del rubio y lo acerco a el entrelazando sus piernas ambos se besaron comenzó siendo un roce pero ambos querían más así que la intesidad aumento, la distancia disminuyo más y más y sus muslos se rozaron más.

-¿Quieres tocarme?

El rubio fue quien pregunto y a pesar de que el castaño había disfrutado el beso sentía que algo le faltaba y creyendo que era eso respondió que si.

No podía estar más equivocado. Si bien no se sentía tan atraído por las chicas y definitivamente el beso de un chico le había gustado más le seguía haciendo falta algo.

El rubio levanto su playera y dejo al descubierto su torso con ligeros musculos marcados.

El castaño toco esas partes y dejandose llevar se acercó al rubio más hasta que sus entrepiernas se rozaron y uno de ellos dio un pequeño suspiro.

El rubio se acercó más y coloco sus manos sobre el cuello del contrario, lo jalo y se besaron nuevamente.

Al romper el beso el castaño bajo la mirada al cuello de su acompañante, cuando este asintió no dudo en colocar su cabeza ahí, repartiendo pequeños besos y suaves lamidas mientras sus manos acariciaban esa cadera.

-Uhm-Aghm.

Un gemido emitido por el rubio fue lo que lo animo a seguir pero sin darse cuenta esa cabellera rubia dejo de serlo para dar paso a una pelinegra y en su cabeza se encontraba la imagen de un pelinegro con pecas que sonreía por última vez para él, por última vez en mucho tiempo. Dejo de sentirse ansioso y solo quería recorrer con amor esa piel, quería olvidar que estaba mal.

-Uhm, Da-ani-umg, ni-élll.

Esa voz, la cabellera pelinegra volvió a ser rubia entonces lo entendió, le gustaban los chicos tanto como las chicas y también ya tenía a alguien para ocupar su corazón.

-Paremos.

-Pero, ¿Por qué?

-Fue suficientemente para mi. ¿Quieres probar más Henrry?