WAKANDA FOREVER | O.S MARVEL

→ Erik Lensherr ✓

Después de muchas insistencias de Charles al fin pudieron convencer a Erik de quedarse en la mansión. Esto sin que la menor de los hermanos Summers se haya enterado.

No era un gran secreto que Erik y Katie habían tenido algo en el pasado, sin embargo, la insistencia de Charles por tener cerca a su amigo fue muy grande.

Magneto se encontraba recorriendo la mansión sin ningún rumbo o propósito en especial, hasta que en un punto de su recorrido se pudo topar con Katie.

Se encontraba leyendo en la gran biblioteca, esta se encontraba vacía. Cautelosamente Lensherr se acercó un poco a dónde estaba la chica.

Al estar a una distancia más corta pudo observar que se hallaba con una pequeña niña. Esto confundió un poco al hombre, pero se convenció de que era alguna alumna.

Estaba a punto de retirarse sin dejar rastro de que estuvo ahí pero al darse la vuelta e intentar salir una madera del suelo crujió, causando que Katie centrara su atención en el lugar del cual se originó el ruido.

—¿Erik? — Preguntó Katie después de unos segundos de silencio donde analizaba a la persona que yacía de espaldas frente a ella.

—Katie... —Fue lo único que pudo formular al oír su nombre salir de los labios de la recién nombrada. Se dio la vuelta lentamente para verla.

—¿Qué haces aquí? — Cuestionó Summers poniéndose de pie para dar un pasos hacia Erik.

—Charles me convenció de venir a la mansión — Respondió simple observando cuidadosamente cada movimiento de la contraria.

—Oh, pues... Bienvenido.

—Gracias, supongo.

Katie iba a decir algo más pero no pudo pues fue interrumpida por una tercera voz.

—Mami, ¿Qué sucede? — inquirió la voz de la pequeña niña, la cuál al parecer acababa de despertar.

—Nada, cariño. Ve con Alex, por favor.

—¿Quién ella? — Preguntó Lensherr.

—Es mi hija — responde a Erik insegura.

—¿Cuántos años tienes? — Inquirió a la niña al oír la respuesta de la mujer frente él.

—Nena, no respondas — Ordenó.

—¿Cuántos años tienes? — Vuelve a preguntar con tono insistente.

—Vero, no le respondas.

—¿CUÁNTOS AÑOS TIENES? — Gritó ya desesperado, esta acción causa que Vero (la niñita) se asuste.

—Tengo cuatro años — Respondió con temor mientras le enseñaba cuatro deditos.

—Tiene cuatro años... — repitió viendo a Katie — Es mi hija, ¿Cierto?

Antes de que la mujer pudiera decir algo Vero habló primero.

—Nop, mi papi murió. ¿Verdad, mamá?

—Así es — Afirmó con un leve asentimiento, cosa que no convenció a Magneto.

—¿Es mi hija? — Repitió su pregunta algo molesto, haciendo que algunas cosas a su alrededor tiemblen un poco, mientras que otras pocas se elevaban en el aire unos centímetros por encima de la superficie en la que se hallaban.

—Sí... — Contestó con dificultad, algo atemorizada con el hombre frente a ella. Este al oír aquella afirmación dejó de alterar las cosas a su alrededor haciendo que estas caigan abruptamente.

—Es mi hija — se dijo a sí mismo, para luego mirar a la pequeña e intentar acercarse, sin embrago Katie se interpuso.

—Hablamos luego.

Summers tomó la mano de Vero y salió se la biblioteca con ella siguiéndola. Así dejando a Lensherr con un extraño sabor de boca.