01

128 12 6
                                    


Juliette Bang

Llego a casa de Felix y toco la puerta, no tarda mucho en abrirme la puerta con una sonrisa, la cual me hace sonreír a mi también.

Conozco a Lee Felix desde hace unos pocos meses y ya sé unas cuantas cosas sobre él; le gustan los abrazos, cocinar brownies, los animales, especialmente los gatitos, cantar y bailar, andar en bicicleta. Es alguien muy alegre. Su cabello natural es café y sus ojos marrones, es más alto que yo por sólo seis centímetros, si eso realmente importa. Pienso que es el hombre más lindo que he visto pero, es solo mi opinión.

No puedo negar algo que puede ser obvio a los ojos de muchas personas pero he empezado a tener un tipo de amor diferente por él. Bueno, sinceramente, creo que desde que lo conocí supe que no iba a tener un amor de amistad con él.

Tengo un enamoramiento secreto por Lee Felix.

— ¿Qué tal si en vez de estudiar nos vamos a dar una vuelta? —pregunta él, sonriendo bonito.

Llegamos a su habitación y yo me dejo caer en su cama, he venido a su casa para estudiar para el examen de mañana pero ambos sabemos que eso no va a pasar.

— Creo que estaría bien. —respondo, asintiendo con la cabeza.

A veces no puedo apartar mi vista de sus bonitos labios, o sus pequitas en las mejillas, o sus ojos.

— Tengo una idea, Juliette. —sonrío por la forma en que lo dice.

— Sorprendeme. —digo.

— Entonces, no te lo digo así cuando lleguemos te sorprendes. —ruedo los ojos.

***

— ¿Falta mucho? —pregunto.

Llevamos diez minutos en coche, Felix ha traído una cesta de comida con unas bebidas de latas y me está llevando a Dios sabe donde.

— No, solo necesito encontrar aparcamiento.

— ¿Has traído abrigos? Más tarde hará frío, estoy segura.

— No sé... Creo que en el maletero hay chaquetas, después te lo miras.

— A sus ordenes, capitán.

— Bien, pero por muy bien que te queden mis sudaderas y chaquetas debes devolvermelas. —sonrío con pena por lo dicho.

— Es que... me gustan mucho.

— Lo sé y te quedan mejor que a mí, no es justo.

— Huelen a tí y me relajan. —suelto y él sonríe.

— ¿Las usas para dormir o qué? —me encojo de hombros.

— Cuando no puedo dormir, sí.

— Si tanto te relaja mi olor podrías llamarme y yo iría a dormir contigo. —lo miro sorprendida y le pego en el hombro flojito.

— No digas tonterías, Felix. —él suelta una risa.

— Te lo digo en serio, Juliette. En el momento que me llames yo iré para hacerte compañía.

×××

esq ¿a quien no le gustaria felix?

Love, M 🧡

Ready to run  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora