Durante toda mi vida había vivido en la corte, o el lado pobre de Outer Banks, como solían llamarnos, el lado donde necesitas tener por al menos dos trabajos si querías tener una vida favorable.Mi pequeña y humilde familia estaba conformada por mi abuelo cincuentón y mi hermano de veintidós años, y yo de dieciséis. Mis padres murieron cuando tenía cinco años, mi madre falleció de cáncer y mi padre de sobredosis por drogas y alcohol. Cuando le diagnosticaron el cáncer a mi madre, ya era demasiado tarde y los medicamentos y tratamientos para ella eran muy caros, y a mí padre no le alcanzaba ni para medio tratamiento. Así que empezó a trabajar más y más, con tres trabajos y dos hijos pequeños apenas y podía tomarse un respiro. Pero no era suficiente, así que tuvo que pedirle ayuda a mi abuelo, quien lo ayudo también, y mi abuela igual, y mi hermano que con tan solo 11 años de edad había empezado a trabajar como mecánico con mi abuelo.
Mi abuelo es un mecánico conocido en la isla por su buen trabajo arreglando desde autos a botes, y mi abuela solía tener un pequeño negocio de comida en su jardín trasero. Y justo cuando todo empezaba a ir bien con los tratamientos y medicamentos, su padre no soporto más la presión y empezó a buscar ayuda en las drogas y el alcohol, y desde ahí todo se descarriló. Un mes después mi madre falleció, y al otro mes mi padre fue encontrado por mi abuelo en su bote inconsciente, y desde entonces mi hermano y yo vivimos con mis abuelos.
No era fácil para ellos mantenernos, pero ellos siempre hicieron lo posible por sacarnos adelante, con mi hermano ayudando a mi abuelo en el taller y yo a mi abuela en su negocio, era un poco suficiente para los cuatro. Y la verdad no me quejo de nada, crecí en un hogar en el que nunca me faltó amor y cariño.
Cuando cumplí los trece y mi hermano los diecinueve, mi abuela se enfermó gravemente, así que los dos nos vimos obligados a buscar otro trabajo. El negocio dejó de ser atendido por mi abuela y ahora solo vendíamos sandwiches y jugos hechos por mi, ya que era lo único rápido que podía preparar yo sola, y luego me quedique a trabajar de mesera en el restaurante de un viejo amigo de mi abuelo. Mi hermano empezó a trabajar en un bar en las noches y por las mañanas y tardes en una fábrica de muebles.
No era fácil para ninguno de los tres ver a mi abuela en ese estado, después de todo este tiempo mi hermano y yo la consideramos como nuestra mamá. Duro enferma tres años, y falleció hace unos meses, de milagro pudimos conseguir para sus medicamentos. Solía pasar las mañanas haciendo los sandwiches que me pedían (porque así nos manejamos ahora, por pedidos) con ella acostada en el sofá mientras me platicaba algo, luego que terminaba y tenía que irme a la escuela, le dejaba de comer a ella y a mi abuelo, le daba sus medicamentos y me iba a la escuela para después irme a trabajar, salía al rededor de las nueve o diez y llegaba a pasar un rato con ella hasta que se quedará dormida, pero ahora eso cambió.
Y ahora aquí me ves, de nuevo en el jardín frente a la playa haciendo los sandwiches para los pedidos que teníamos para hoy, con mi abuelo escuchando las noticias mientras estaba arreglando su bote. Lo amaba más que nada y siempre lo tenía listo para la acción, quiero decir, ir a pescar o a pasear con mi hermano los domingos.
— ¿Cuántos pedidos tuviste hoy, Elodie? —la voz de mi abuelo llamó mi atención, se había bajado del bote y caminaba hacia limpiando una herramienta.
Deje de untar crema al sandwich y lo miré pensativa.
— Tengo entendido que unos ¿10? .— dije no muy segura, agarré el celular de casa para verificar cuántas llamadas había recibido—. Sip, 10 pedidos para hoy.
— ¿Vendrán por ellos o los llevarás tú? Si los llevarás puedo llevarte, tengo la mañana libre hasta que tú hermano traiga la camioneta de su jefe para arreglarla. —se ofreció mientras se sentaba en la mesa donde yo preparaba los sandwiches. Negué con la cabeza, tenía mi bicicleta y no eran muchos pedidos, podría hacerlo yo sola.
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Thinking Bout You [jj maybank]
RandomEn la vida de Elodie Keen lo único importante para ella era su pequeña familia, su cámara instantánea y sus audífonos con su celular, pero eso cambió el día que empezó a acercarse a ese grupo que solía ver muy seguido rondar por el arribal, sin imag...