Nada fue tan inesperado como la creciente amienemistad de Henry Potter y Bellatrix Black, dos eternos rivales que de pronto eran los mejores amigos... O más.
Henry encontró en ella la salvación y ella lo haría todo por él... O no.
[Harry Potte...
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❝CASTIGO❞
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Henry Potter, conocido en Hogwarts como el perfecto chico de Gryffindor, el chico dorado de McGonagall, favorito de muchos profesores, prefecto, premio anual, mejor estudiante...
¿Cómo demonios había acabado alguien como en él en un castigo en las mazmorras con Slughorn?
Simple, gracias al Idiota de Lucius Malfoy y sus amiguitos. Henry, en su deber de premio anual, estaba tratando de terminar con una pelea entre Malfoy y Rosier, hasta que "por accidente" Malfoy golpeó a una niña de Hufflepuff nacida de muggles.
Nadie entendía como fue que el calmado y perfecto Henry Potter pasó de estar tratando de detener la pelea a ser parte de ella.
Él solo recuerda que saltó sobre el joven rubio que es un par de años menor que él y de un momento a otro lo estaba golpeando sin parar, justo en el momento en que Slughorn llegó.
El castaño Potter levantó la vista al escuchar la puerta de la oficina de Slughorn, jefe de la casa de Slytherin, abrirse.
-¡¿En qué demonios pensabas?!- Gritó McGonagall cerrando la puerta.
-No pensé- Admitió el Potter con una sonrisa inocente.
-¡¿Golpear a Malfoy como muggle?! ¡Lanzar una maldición! ¡¿Qué te pasa Henry?!- Siguió la profesora histérica.
-Golpeó a una niña ¿Me escuchas Minnie? ¡De primero! ¡Y lo hizo adrede, yo lo vi!-
La profesora suspiró buscando algo de calma mientras colocaba una de sus frías manos en su frente para tratar de bajar su enojo.
-Pudiste castigarlo, no te hice premio anual para que estés buscando peleas en los pasillos-
-Ambos sabemos que Malfoy se libra de los castigos con el débil de Slughorn-
-¡Ya basta de excusas!-Interrumpió la mayor- Tienes suerte de que salve tú trasero y no te van a destituir-
-Gracias por eso Minnie-
El castaño se levantó y con cuidado abrazó a su profesora favorita que terminó suspirando de nuevo y abrazándolo también.
-El Henry Potter que conozco jamás habría hecho algo así-Murmuró McGonagall tomando sus mejillas.
-Si te sirve de consuelo no me conoces tan bien como crees-Bromeó el ojiazul sonriendo.
-¿A si? Dime algo que yo no sepa-
-¿Recuerdas el mes pasado cuando esas bombas fetidas terminaron en la sala común de Slytherin el primer día de clase?- La profesora asintió- Fui yo y no los gemelos Prewett-
La mayor abrió su boca en una "O" y esto hizo reír al chico que de inmediato recibió un zape en su nuca por parte de Minerva.
-¡Henry Charlus Potter! ¡Gideon y Fabian estuvieron castigados una semana!-
-Técnicamente estaba bien porque nunca supiste que esa misma noche los atrapé colocando laxantes en tú té-
-5 puntos para Gryffindor entonces-
Henry sonrió y tomó asiento de nuevo en el sofá de la oficina de Slug, McGonagall lo imitó y esto le hizo saber al chico que probablemente estaba en problemas.
-Slughorn me acusa de preferencias, sabes que debo castigarte-
-Solo no le digas a mamá o van a cancelar mi viaje ¿Si?-
-Dos semanas ordenando todos los libros de la biblioteca, de 6 de la tarde a 10- Ofreció la profesora sonriendo.
-Pero me voy a perder la cena...- Ella levantó una ceja y el castaño suspiró, realmente era un buen acuerdo- Trato hecho-
Minerva se levantó complacida y besó con cariño el cabello del Potter haciéndolo sonreír, realmente amaba a este chico como a un hijo.
-La próxima vez que te metas en una pelea con ese Idiota rubio de quinta mínimo debes romperle un brazo- Pidió antes de salir.
Henry se quedó ahí con una sonrisa de diversión por unos segundos y luego salió de ahí tranquilo para ir a su torre.
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Bellatrix soltó un gruñido de desespero cuando el reloj marcó las 5 de la tarde, más de una hora esperando a la profesora.
-Lamento la demora señorita Black- Habló McGonagall entrando a su oficina- Problemas técnicos-
-Como diga...- La pelinegra acomodó su vestido y esperó a que la mayor tome su asiento frente a ella- ¿Por qué estoy aquí?-
-¿Todavía pregunta?- Se burló McGonagall.
-Ciertamente desconozco los motivos de mi estadía de casi una hora aquí- Siguió la Black inocentemente.
La profesora se levantó y dejó frente a ella una hermosa pulsera de oro con pequeños zafiros.
-Supongo que no sabes cómo terminó esta pulsera con una maldición en manos de una Gryffindor de quinto año ¿Cierto?-
-Esta en lo correcto, no tengo ni idea de don...-
-Tiene tú nombre Bellatrix y el escudo de los Black, esto es tuyo-
La ojigris sonrió cínicamente para luego subir y bajar sus hombros con algo de diversión.
-Dígale a sus chicas que no se metan con mi hermanita y yo no tendré por qué hacer este tipo de cosas-
-¿Estas diciendo que el molestar a tú hermana es motivo suficiente para maldecir a una chica?-
-Que agradezca que no le lancé un crucio, estuve practicando todo el verano-Siguió la chica divertida.
-Espero que disfrutes tú castigo tanto como tús prácticas, Bellatrix-
Ella continuaba sonriendo tranquilamente mientras esperaba por su castigo, esto no hizo más que divertir de cierta forma a McGonagall, porque sí, probablemente tendría a un molesto Henry Potter aquí en unos días quejándose...
Pero ella realmente se iba a divertir con las historias que tendría que contar luego de pasar 4 horas al día durante dos semanas con Bellatrix Black.
-Qué disfrutes ordenar libros querida-
-¿La sección prohibida también o esa hasta después?- Se burló la pelinegra tomando el pergamino con su castigo.
