Durante años había sido el mejor espía de Westalis, cada trabajo asignado a él había sido completado con éxito, dándole a su nación y a este mundo un día más de paz.
Su mayor deseo era un mundo donde los niños no tuvieran que preocuparse, donde pudieran jugar libremente y que la única lágrima derramada de sus ojos fuese de felicidad.No fue fácil convencer a su jefe de que aceptara su renuncia, le consideraba su mejor hombre, en quien podía confiar con que cumpliría cada misión asignada a la perfección.
Rechazó las infinitas propuestas a aumentos de sueldo y a ser el superior de algún departamento de la agencia, lo único que quería era vivir la vida normal que desechó junto a su nombre el día que se hizo espía.Despidiéndose de todos y cada uno de sus compañeros, incluida aquella mujer de cabello corto platinado y mirada seria. Fiona Frost, mejor conocida como "NightFall" con la cual seguido realizaba misiones en conjunto, como un buen equipo. Sabía desde hace tiempo los sentimientos románticos que ella profesaba hacia él, pero nunca sintió lo mismo por ella, de hecho, nunca sintió nada por ninguna de las mujeres que tuvo que seducir para realizar su trabajo, o aquellas con las que tuvo que colaborar en alguna que otra misión, exceptuando a...
Negó, no era momento de recordar cosas dolorosas.Caminó por los largos pasillos a paso lento, saludando a cada recluta nuevo y despidiéndose de quienes aún no lo hacía. Observaba a detalle cada rincón de aquel lugar, recordando cada momento vivido, cada anécdota y cada experiencia adquirida.
Llegó hasta su auto el cual había adquirido por(según él) el bien de la misión. Lo cierto es que lo hizo para poder llevar y traer a Anya de Eden, así como para salir de paseo en auto los fines de semana.
Antes de subir echó un último vistazo al imponente edificio frente a él.
Esa sería la última vez que vería ese lugar, de ahora en adelante se dedicaría a vivir una vida normal, como un padre normal junto a su hija adoptiva, Anya.Una sonrisa burlona se instaló en su rostro, si dos años atrás le hubiesen dicho que abandonaría la agencia para dedicarse en cuerpo y alma a cuidar y velar por una niña a la que adoptó sin más en un orfanato de mala muerte, pondría su típica cara poker para acto seguido darle un puñetazo por decir tremenda tontería.
Acomodó su sombrero de fieltro, y entró a su auto, encendió el motor y condujo de vuelta hacia su hogar, donde era seguro que aquella niña hiperactiva, amante de los cacahuetes y el anime de espías le esperaba impaciente junto a su fiel compañero y amigo, Bond.
Lo primero que haría a primera hora sería buscar un empleo fijo, tampoco dependería siempre de sus recursos en el banco, deberá administrar ese dinero y hacerlo crecer tanto como pueda. Después de que adoptó a Anya, se dio cuenta de la difícil situación por la que los padres alrededor del mundo pasan al tener hijos: Los gastos en la educación.
Si bien era un gasto necesario, era increíble lo que se debe invertir para que un hijo obtenga los mejores estudios: empezando por los uniformes, los útiles, el pago de inscripción, y proyectos escolares que al año es una suma considerable, los viajes y las excursiónes, también los eventos y festivales. ¿De dónde sacan los padres tantos recursos para pagar eso?.
Suspiró agotado al pensar en todo ello, pero ese era el precio a considerar cuando se quiere tener un hijo, y él está más que dispuesto a pagarlo. Esa niña se ha convertido sin siquiera proponérselo en su mundo, y hará lo posible por cuidarla.
Tan pronto como atravesó el umbral de su casa, un torbellino de energía rosa lo embistió con fuerza haciéndolo tambalear.
—¡Chi-chi!. —saludó con emoción la pequeña de 8 años, aferrándose a la cintura del rubio.
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MENTIRAS [LoidxTanjirou]
FanfictionDespués de que su misión "Strix" fuese completada con éxito, Twilight no tuvo corazón para devolver a Anya, decidiendo quedarse con ella para darle la familia que tanto deseaba, y sabiendo que su trabajo como espía contrae peligro a su vida, optó po...