Brothers in arms [Ninjago y Tú]

2

El legado del Ninja Verde

Era increíble ver cuan rápido se restauró la ciudad entera en tan poco tiempo. Era como ver a un ave fénix renacer de sus cenizas, aunque, bueno, esa no era la mejor analogía.

______ regresaba de una inspección que organizó para ayudar a los damnificados. Se veía neutral, pero en el fondo estaba desganada. Sentía que no valía la pena estar así, pues cumplió con su deber y eso era lo que importaba ahora.

Cambiando de tema, tenía hambre, no había comido desde la mañana y ese cúmulo de emociones fuertes le reclamaba a su cuerpo por un descanso. ¿Pero que más podía hacer? Estaba sin dinero, sin hogar y muy cansada.

Cruzó la avenida para reunirse con sus amigos, pero antes de llegar a ellos un grupo de señoras la reconocieron y le obsequiaron una canasta llena de comida, en agradecimiento por ayudarlas a reunirse con sus familiares. Que bonito gesto, sin duda le alegró lo que quedaba del día.

Zane la saludó al verla, él reparaba un poste de luz junto al resto del equipo.
—Hola, ______. ¿Cómo te fue en la búsqueda y rescate?

—Hola. Bien, diría yo —Respondió presumiendo su canasta envuelta en un moño rojo—. No me malentiendan, hubieron mayormente niños perdidos y alguna que otra señora asustada. Pero me alegra que la gente se encuentre bien ahora.

—Genial. Entonces —Dijo Jay mientras tiraba escombros a la basura—, ¿nos darás de lo que traes en la canasta?

—Mmm nop.

"Ow", "anda", "yo quería galletas", "¡Por favor!" Dijeron en el ambiente, casi suplicando de que les invitara un poquito. _____ rió simpáticamente, parecían niños y cómo evitarlo si ninguno de ellos había comido en todo el día.

—Mm ya que, ustedes ganan —Cedió, sacando cinco galletas recién horneadas y las invitó a cada uno; ahora lo que sonaba en el aire eran agradecimientos y un "sabes que te quiero, ¿verdad?"—. Hey pero tenemos que ver dónde dormir, no quiero volver a la calle.

—Hablando de eso, ¿han visto a Nya? Dijo que nos iba a ayudar.

A lo lejos vieron una motocicleta sidecar, ahí venía ella y, a su lado, el sensei.
—Y lo hice. Hallé un lugar para vivir.

—¿En serio? Pero hay lista de espera en Ciudad Ninjago. ¿Cómo lo hiciste?

—Fácil, tengo un amigo que tiene una amiga y ella tiene un amigo que tiene una amiga, conoce una agente de viajes que te ayuda a encontrar donde vivir.

—Súper. Y ¿a dónde van ahora?

El sensei explicó que debían hacer otro viaje de un día para conseguir refacciones para reparar el tanque ninja y otro para recoger un ungüento para el ultra dragón. Así los ninjas se encargarían de ver el nuevo lugar donde vivir para comenzar a entrenar al ninja verde.