"No importa que haga o con quien esté, siempre te tengo presente."
Esas fueron algunas de sus palabras con las que él me enamoro, recuerdo aquel día como si hubiera sido ayer, daría lo que fuera por repetir ese día y advertirme a mí misma que no lo haga que el dolor se haría el doble y ahí nadie me ayudaría ni siquiera yo...
Ahora te sigo extrañando no tanto como ayer, ahora te extraño más y eso se intensifica con cada segundo. Ahora tú estás feliz con tu nuevo amor, mientras que yo lloro en la habitación, mientras me alejo más de lo que una vez fui. Ya han pasado los meses y todavía te sigo amando te tengo presente en mi mente, me preguntó si yo también estoy en la tuya.
Estoy ahora en la camilla de un hospital, no recuerdo cómo llegue solo vi borroso y el ruido de una puerta tratando de abrirse desesperadamente por último todo negro. Es de noche, la luz de la luna entra por la ventana de el hospital, decido sentarme en la cama y mirar hacia afuera, me pierdo nuevamente en mis pensamientos mientras los doctores hablan con unos extraños preguntando por mi estado de salud.
-No lo hagas de nuevo por favor-. Escucho como alguien llora para seguido abrazarme fuerte, como si fuera un familiar. Llora desconsoladamente ante mi hombro y yo no sé cómo reaccionar, por intuición la abrazo y acaricio su cabello.
Cuando miro a la persona que está conmigo noto que ya es alguien mayor, las canas en su cabello negro se hacen notar, las arrugas no se hacen esperar y también se ve una que otra, se mira cansada ya que las ojeras que acompañan sus ojos dicen eso, parece como si tuviera días llorando, me gustaría ayudarla pero no sé cómo hacerlo conmigo misma así que solo la sigo abrazando sin decir nada.
Entran nuevamente los doctores y le piden amablemente que se vayan para yo poder descansar, esto es extraño, me siento extraña. Cierro los ojos logrando ver recuerdos de una joven con cabello negro y piel morena, llena de alegría y sueños que cumplir, me llena de nostalgia saber quién es pero no ser lo que de pequeña quería ser. Unas ganas inmensas de llorar me invaden, estoy pensando si llorar o no, optó por no llorar y mejor calmarme pero otro recuerdo llega.
Es la misma joven ahora se ve un poco menor de unos 10 años creo, estaba jugando en cuarto cuando su madre le dijo que viniera a saludar a los nuevos vecinos. Ella obedeció y fue a donde se encontraba, se puso detrás de su mami y con nerviosismo dijo "hola" hicieron un "awwww" por acción tan adorable seguido la saludaron y se quedaron toda la tarde en la casa de la pequeña, hasta que la noche volvió a hacerse presente.
Su madre la mando a dormir por lo tarde que era, ella se fue a su cama a descansar plácidamente y mientras las horas transcurrían llegó una la cual la atormentó. Despertó rápidamente por los gritos de abajo, bajo de su cama yendo a la puerta de su habitación y ahí escucho gritos y golpes, se asusto por lo cual volvió a la cama y se tapo toda por las sábanas escucho pasos subiendo las escaleras hasta que se detuvo en su cuarto. De un golpe la abrieron y miraron a una niña inocente que tenía miedo y lo único que quería era dormir después todo se volvió oscuro.
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No pude recordar algo más, ese recuerdo siempre me invade y es con el que lloro. Sin darme cuenta veo que la mañana ya hizo su precencia y tu aún no apareces, no se ni porque pensaba que lo harías. Limpio las lágrimas de mi rostro y salgo de la habitación paseando por el lugar, se me hace extrañamente familiar pero no recuerdo estar yo aquí.
Voy hacia el jardín que adorna al hospital, miro entre las flores margaritas, no son mis favoritas pero si me gustan algo, las miro detalladamente hasta que mi vista se posiciona en dos flores una marchita a punto de morir y la otra hermosa y brillante, me recuerda a mi yo de antes y mi yo de ahora, pero también me recuerda a lo que una vez hubo entre nosotros.
Y eso es más doloroso porque tú tomaste una parte de mi y la mataste sabiendo que yo moría de amor por ti.
Nuevamente comienzo a llorar las flores son testigo de cada lágrima pero, está vez el dolor no lo causas tu, proviene de mi cuerpo, es un dolor horrible provocando que grite y me sienta sofocada. Un joven viene a mi queriendo ayudar, me toma en sus brazos y llama rápido a los enfermeros, me llevan a emergencias dicen que corro peligro y que necesito rápido un no se que, vuelvo a ver a la señora de ayer, y vuelve a llorar. Me alejo hasta estar en una habitación donde hay demasiadas máquinas, y dónde me ponen tubos en mis fosas nasales, supongo que es oxígeno. Soy consciente de lo que hacen pero no puedo moverme poco a poco todo deja de doler y siento una paz una tranquilidad en la que me hubiera gustado estar.
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¿Miedo a amar?
Teen Fiction¿Porque algunos tenemos miedo a cosas tan simples? no es como si nos fueran a hacer daño ¿o si?. Eso creía yo, pero ahora me di cuenta que incluso lo inofensivo, nos puede dañar.