4 -Recuerdos del ayer

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"El ayer es historia, el mañana un misterio, el hoy es un obsequio por eso se llama presente."

Eso es un dicho popular, ya sabes lo que te dicen los adultos cuando estás por hacer algo mal y te lo dicen en forma de lección, cómo pequeños consejos que claramente no vas a seguir porque quieres experimentar adrenalina.

Esta frase te hace dar cuenta que no debes preocuparte por el pasado porque ya pasó, y no debes preocuparte por el futuro porque no sabes que pasará, solo enfócate en el presente que es lo único que vives en el hoy.

Pero el pasado no se puede soltar tan fácil,ya que deja marcas, cicatrices que no fueron curadas, solo cubiertas, y si haces algo mal las heridas se hacen más profundas hasta que ya no puedas más, y el pasado te consuma. Y en el futuro, te preocupas por qué tus acciones del presente harán algo en tu futuro, la vida da miedo si lo pienso bien,ya que en ningún momento la disfrutas por pensar en pasado, presente, futuro.

Yo no avanzo no porque no quiera, si no porque me quedé en el pasado, y estando ahí es difícil escapar, tus problemas regresan, todo el mal regresa. Pero ¿porqué no recordamos el bien? ,quizá lo sé o no, pero mi opinión es porque el mal deja marcas en el alma y en la piel, y las heridas que no se ven son más difíciles de curar.

Es la hora de visita, nuevamente vienen aquellas personas a preguntar por mi salud, pero ahora no vinieron solos, una niña pequeña los acompaña está vez, me da ternura ver cómo se refugia atrás de su mami.

Quiero volver atrás y seguir siendo niña,cuando mi única preocupación era la escuela y las tareas, dónde si había un problema tuviera a quienes estuvieran ahí para caerme,donde todos me cuidaban, en especial tú mamá. Ahora me pregunto ¿dónde estás? Porque la señora que me golpeaba haciendo el más mínimo error, y que me ofende cada que ve la oportunidad, estoy segura más que segura que no es mi madre porque una madre es tu lugar seguro, y no puedo estar segura si en mi casa también me lastimaron.

Se que las personas cambian, pero tú te volviste más fría conforme yo iba creciendo. ¿Porqué los adultos se vuelven más exigentes cuando sus hijos dejan de ser niños y pasan a ser adolescentes? Será porque al ser niños nos daban forma de lo que ustedes querían que fuéramos, pero al crecer y no podernos dar forma-porque ya tenemos una- nos ponían más mano dura. No es justo, se supone que en la etapa de la adolescencia iban a estar apoyándonos y ayudarnos a salir de ahí para de adultos hacerlo nosostros mismos, y no estar ahí recalcando nuestros errores, y decirnos que eso nos pasa por no hacerles caso o ser malagradecidos.

Recordar sus malas acciones me hacen mal, y no porque las haré para complacerlos,no, sino porque dejan marca y ustedes se quedan con una mala imagen de mi. Si pudiera pedir perdón por sus errores, es a mi yo de 8 años, porque a esa edad empezaron a comportarse duros, me culparon de errores que no tenían nada que ver conmigo, y en mi mente creían que era mi culpa, de lo único que soy culpable es de creerles solo de eso.

No les2 tengo odio, y no porque no sepa que es, más bien porque nunca fui una persona de odiar siempre fui noble, quizá por eso ahora estoy aquí sufriendo por ser noble y no saber decir no. Me da rabia no poder decir no, porque me trajo muchos problemas, de los cuales tuve que guardar, tuve que aprender desde niña decir no, porque así mamá no te hubieses aprovechado de mi mucho menos estaría para complacerte.

•°•°•°•

Miro al suelo, siguiendo con mis pensamientos de ustedes y todo el enojo que me hacen sentir, me hace querer llorar de coraje, tristeza y miedo. Cuando están por salir lágrimas la pequeña se me acerca y me toma de la rodilla, alzo la vista para encontrarme con sus pequeños ojos color miel, me da una sonrisa a lo que yo la devuelvo, la señora me ve y no contiene sus ganas de llorar, se acerca a mi y me abraza, desahogando sus penas en mi hombro

-¡No me dejes!, ¡por favor vuelve a casa! no nos abandones hija, te amamos, perdonamos por nunca escucharte, por no estar ahí contigo por ser una mala madre y no darme cuenta- las lágrimas de ella se hacen más intensas aferrándose más a mi cuerpo débil, no digo nada, no es algo nuevo, ella en espera de mi respuesta me besa la cara y me abraza, pero no siento nada, no me causa ninguna sensación que ella me abrace, dice que es mi madre la misma que me daño, ¿será por eso qué no siento ni compasión por ella? Porque nunca la tuvo conmigo.

Pasa rápido la hora de visitas, el doctor les pide que se vayan y que me dejen descansar, sin muchas ganas se van, la mujer se despide de mi con un beso en la frente y nuevamente me quedo sola en la habitación, me da algo de felicidad que una parte de mi mal se vaya, aunque se que volverá mañana o la próxima semana.

Es la hora de comer, pero no me dan ganas de hacerlo, así que espero a que traigan la bandeja y tirarla al baño ya que es lo que hago cuando no tengo apetito, quizá también sea por eso que este enferma mi mala alimentación, y es que tuve tantos malos hábitos de niña y pre-adolescente que se hicieron costumbre en vez de quitarlos de ahí. Es extraño porque sabía que me hacía daño, sin embargo nunca hice algo para cambiarlo, pienso que a veces no queremos soltar el dolor porque no sabemos cómo lidiar o porque nos gusta, aunque solo a las personas masoquistas les gusta sentir dolor, pero a ninguna persona le gusta una herida del alma.

T

ocan la puerta de la habitación supongo para que dejar la comida, me paro de la cama y abro la puerta viendo parado con la bandeja al enfermero lindo que ha estado pendiente de mi, aunque no se si lo hace a propósito o solo le encargaron que me cuidase.

Me mira con una sonrisa bella que siempre se carga y me gusta, y por alguna extraña razón cuando está él me siento segura algo que no debe ocurrir ya que estoy consiente que las relaciones enfermo-paciente no están permitidas. Porque si el enfermero se enamora de una paciente enferma el que termina por sufrir es él, y por alguna extraña razón las personas que se enamoran después son las que sufren más y aún no se porque.

Lo dejo entrar para después ambos sentarnos en la camilla me empieza a contar que su turno es difícil que ya está cansado y yo solo miro atenta la comida, cuando se percata que no como nada me mira fijamente preguntando porque no he dado un bocado a lo que yo me limito a solo alzar los hombros, solo suelta un suspiro quedándonos en silencio.

-¿Cómo te fue en la hora de visita? ¿Hablaste con tus padres?-. Pregunta para romper el silencio, pero no sé si hablar o no prefiero no hacerlo pero algo me pide que lo haga dejando así soltar en voz baja y débil unas palabras.

-No se,no quiero verlos y no hablaré con ellos.

-¿Se puede saber el por qué?

-Porque todavía no me perdono a mi, y para hablar con ellos necesito perdonarme a mi y después perdonar los a ellos.

-¿Porqué te niegas a hacerlo?

-Guarda silencio no quiero recordar tengo miedo a hacerlo.

-Esta bien cuando quieras liberar algo aquí estoy. Debo irme a seguir con mi trabajo nos vemos mañana o después en la noche quien sabe si dormirás.

-Lo más probable es que no, y suerte en tu turno.

-Gracias y por cierto me da gusto que hables conmigo, eso demuestra confianza y un progreso en tu salud sigue así. Adiós.-asiento la cabeza y el sale, me acuesto en la camilla y cierro los ojos me siento cansada y esta vez quiero creer que dormiré sin recordarte.

¿Miedo a amar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora