3.- ¿tiempo?

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"¿El tiempo es lo más valioso?"

Me desperté se ese sueño con lágrimas en los ojos, las seque y salí a tomar aire. Los pasillos de el hospital estaban muy tranquilos algunas familias estaban reunidas con otras, otros estaban solos y algunos necesitaban compañía.


Siento una sensación extraña en en mi pecho, ver a la gente acompañada y verla de felicidad me da una tristeza, ¿Porque no puedo tener compañía como ellos?
Camino hacia donde mis pies me lleven,sin dirección alguna, y después de caminar mucho llegó a un lugar del patio de el hospital que nunca había visitado, está desolado más sin embargo se encuentra un gran árbol, un sauce llorón para ser exactos.

Este tipo de árboles siempre han sido mis favoritos, me encantan sus hojas. En las tardes de verano dan buena sombra y te protegen del sol, de niña siempre iba al parque con mi familia a pasar las tardes, eran momentos felices dónde tú no estabas y dónde podía ser perfectamente yo sin miedo a ti o tus maltratos.

Me acerco lentamente al árbol como si este me tuviera miedo, una vez cerca de el me meto entre sus hojas para así poder sentarme en el suelo y recargar mi espalda en su tronco. Cierro los ojos esperando poder salir de este lugar y deseando con todas mis ganas recordar aunque sea mi voz, pero por más que deseo y pido nunca sucede.
Sin darme cuenta ya estoy llorando, ¿Motivos? No sé posiblemente tengo pero no recuerdo. Comienzo a desahogar mis penas con el árbol, como si este me escuchase, pero en ningún momento hablo, solo lo hago en mi mente.
Lágrimas salen de mares, el viento comienza a soplar haciendo que algunas hojas acaricien mi rostro, como si el árbol me consolará y me dijera "ya pequeña niña todo estará bien saldrás de esta y de muchas" grito y golpeó contra el suelo esperando ser rescatada, pero de nada sirve si no sabes cómo salvarte a ti.

Se supone que en esta vida solo debes preocuparte por ti, ponerte en primero lugar a ti, en segundo lugar a ti y en tercer lugar también a ti, pero amable y tonta yo, puse sobre mi a varios que no valían la pena, el principal y culpable tú. Quizá no debí cerrar los ojos tanto y tampoco debí dejar que te acercarás a mi, así no estaría aquí. Pero la vida da muchos problemas con el fin de que tú lo resuelvas, si dejas que se acumulen te consumirán a ti logrando que acabes en un lugar que no pediste estar.

Sigo llorando pero esta vez miro al cielo, está nublado y pronto gotas empiezan a caer mojando mi cara, no muevo ni un solo dejo para impedir que está me siga cayendo en la cara solo dejo que lo haga y ya, hago lo mismo como con los problemas, dejo que se acumulen para que después me dañen. Me quedo recostada un buen rato, hasta que de lejos escucho una voz, no hago el intento de averiguar de dónde proviene sigo inmóvil ahí quieta. La voz se hace cada vez más cercana hasta que giro mi cabeza y lo veo a él, el mismo enfermero que me llevo al baño y me espero ahí y también se portó amable ahí está, dice algo pero no hago caso ya que me pierdo en sus ojos que muestran preocupación, poco después no siento el suelo contra mi, ahora estoy en sus brazos, siento cálido en mi interior haciendo que coloque mi cabeza entre su pecho cerrando los ojos, dejando que la lluvia nos moje a ambos.

Eso me trae un recuerdo, nuestro primer beso, fue igual en una noche lluviosa un 4 de abril, creímos que estaría soleado todo el día pero no fue así, al llegar la noche las gotas de agua se hicieron presentes mientras nosostros seguíamos jugando en el parque que estaba cerca de tu casa, al empaparnos nos refugiamos debajo de los árboles creyendo que pronto pasaría la lluvia, sin embargo nunca acabo, así que tuvimos que irnos a tu casa rápido, en el recorrido tuviste la grandiosa idea de tomarme por la cintura y besarme, me sentí tan afortunada que hicieras eso, no nos importo que la lluvia nos empapara seguíamos ahí abajo besándonos, como si no hubiera un mañana, como si nunca acabará.
Pero como todas cosas tienen su principio y su final, el nuestro tuvo que llegar tan pronto que ni siquiera yo pude decir adiós.

Llegamos a mi habitación del hospital, me dejó en la cama mientras el iba en busca de enfermeras para que revisaran mi salud y me dieran un cambio de bata. Mientras esperaba, gotas seguían cayendo por mis ojos, recordar aquello me dió nostalgia y es que olvidar a un amor es difícil si no sabes cómo hacerlo, pero es más difícil hacerlo cuando sabes cómo superarlo ya que tú mente y corazón se aferran a la idea de que tú volverás, cualquier cosa los hará llorar, ya que en su mente presente siempre estarás.

Llegan las enfermeras a hacer su trabajo hacen estudios sobre mi respiración, luego me piden hacer pequeños ejercicios en mi cuerpo para ver si mis articulaciones siguen bien, después de eso hacen su diagnóstico y me piden que me meta a bañar antes de agarrar un resfriado, en eso llega aquel enfermero pidiéndole a las dos que estaban conmigo que me dejaran a solas con él, ellas asienten saliendo de la habitación dejándome a solas con él.

Se sienta a un lado de mi para hablar.

-¿Ya te dijieron que tú estado está mal y que pudiste morir si seguías bajo el agua?-. asiento sin decir nada mirando al suelo.- Entonces ¿porqué no te cuidas para que puedas salir de aquí?

No digo nada, nadie dice nada, pero es que ni yo sé porque no me cuido, suspiro y el también lo hace, creo que es difícil hablar con alguien que no te dice nada y solo asiente así que entonces por fin en mucho tiempo decido hablar.

-Porque no importa si salgo de aquí, si vuelvo a fuera cualquier cosa me va a matar.

Se queda callado, no sé si es porque al fin me escucho hablar o por como sonó mi voz, ya que se escucho horrible, ronca, como si estuviera cansada de usar la garganta, cuando te enfermas y no puedes ni hablar porque te raspa y duele. Nadie dice nada y mejor me manda a bañar hago caso porque al final solamente quiero dormir y ya.

¿Miedo a amar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora