Reclutamiento

1.4K 74 59
                                    

 Karasuno, un reino en el cual todas las razas habitan en paz, nadie puede juzgar a nadie y viven en total armonía, añadiendo que este reino disfruta de una inmensa prosperidad, todos sus habitantes son honestos y cada negocio que empiezan, siempre son para honrar al rey. Ni que decir de sus paisajes, ríos majestuosos que lo recorren como venas, bosques llenos de flora y fauna sorprendente, las montañas perfectamente alineadas, en pocas palabras, un paraíso.

Sin embargo la prosperidad y la armonía no era algo que se gozaba en todo el territorio, pues cada raza tenia su pueblo y ellos no eran de mente abierta en muchos casos, querían seguir su tradición que los conllevaba al fracaso, claro que muchos se independizaban y dejaban su tierra natal para probar el sublime sabor de ser aceptado y tener riquezas a montón.

Pero si veíamos más a fondo, no todos podían darse ese lujo, algunos seres no tenían ni los recursos, ni la fuerza de voluntad para abandonar su tierra, era eso, o sus padres y antepasados les habían lavado el cerebro, con todo eso de que él rey solo quería usar su poder para dominar a todas y cada una de las razas.

Uno de los pueblos que estaba en una de las condiciones más critica había sido bautizado como Sutastishi, sin duda un lugar fascinante, lleno de cosas misteriosas y espectaculares, hogar de elfos, en el cual todos vivían en un mismo territorio sin importar sus ideales o poderes. Y si bien tenían variedad de residentes, ni hablar del cielo nocturno, era como salir de la atmosfera terrestre y convivir con los astros. Sin embargo, a pesar de todas las maravillas naturales con las que contaban y todos los tipos de magia que existían, la mayoría de elfos jóvenes nunca había tocado un grimorio, y eso no era lo de menos, algunos ¡Ni habían puesto un pie fuera de su pueblo! Sin duda ellos eran un caso muy particular.

Aunque la situación de muchos elfos, y de muchas especies en general, estaba a nada de cambiar, con tan solo una orden del rey.

Los primero rayos del alba iluminaban aquella pacifica cuidad. A pesar de ser tan temprano muchas personas ya se encaminaban a sus trabajos, actividades, responsabilidades y más. Mientras que otros solo salían a contemplar el paisaje, esto último era el caso del joven Yamaguchi, un lindo elfo el cual se caracterizaba por su "extraña" condición, aunque era bueno con la magia y siempre demostraba su amabilidad.

Todos decían que era "Diferente", pero a él no le importaban esas manchas, aquellos puntos que asemejaban estrellas cubriendo por completo su cuerpo, esto había apartado a los demás de Yamaguchi, pues en su pueblo a lo desconocido simplemente se le llamaba maldición.

Sumergido en eso y en la noche anterior, había terminado con su pareja de la peor forma, desde pequeño le inculcaron que la infidelidad era la peor humillación y presenciarlo era simplemente abominable.

Estaba tan perdido en sus pensamientos que por poco olvidaba que su madre lo había mandado por varias cosas al mercado central.

Rápidamente sacudió la cabeza, deshaciendo todo pensamiento que lo desconcentre y con mucha rapidez se dirigió hacía su destino.

Su pueblo, Sutastishi, había ganado fama de tener a elfos de la luz y elfos oscuros por lo que cuando ingreso al mercado, un alboroto se presentaba en todo lado, cada puesto estaba lleno de elfos perfectos, con pelo cenizo y piel pálida, o con la piel un poco oscura, eso sí, sin ninguna imperfección, nadie sabia con exactitud como empezó el desorden pero ese día todos se había puesto de acuerdo para hacer las compras.

La sección de verduras estaba muy alborotada por lo que ingresar ahí no fue fácil, pero pedir lo que quería era el verdadero desafío, pues al tener la voz baja y ser un poco tímido los demás no lo tomaban enserio, sin embargo en cuanto volteaban de reojo a ver el origen de esos susurros, todos se apartaban, tratando de alejarse lo más que podían. La mayoría del pueblo creía en lo que los elfos oscuros habían declarado en cuanto nació ese pequeño.

Lazos Prohibidos [ TSUKIYAMA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora