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ENTRENAMIENTO....

TIEMPO PRESENTE


- nee-san... ¿Nee-san...? - pellizcando su mejilla -

- cinco minutos más~ - adormecida -

-💧- inhala aire - ¡Nee-san!

- ¡Que paso!, ¡¿un demonio?! - despertó algo alterada - ¿Oh? - mira a su hermanita - akiko... Por qué me despiertas tan temprano...(╥﹏╥)

- Nee-san.... Son las 3 de la tarde...

-.... ¡¿EH?! - alterada - ¡¿c-como...?! Demonios... Me quedé despierta tan tarde que creo que me quede dormida...

Se levantó del futón para estirar sus brazos, su pequeña hermana la observaba para mirar a una dirección...

- Nee-san... - la mayor la observa - ¿Quien es ella? - señala a la menor que se encontraba en una pequeña cuna que la chica había comparado el día anterior a casi en la madrugada -

- ¿Mmm? Ah, te refieres a Himari... Verás akiko... Es una pequeña que rescate de las garras de un demonio - la menor solo escuchaba - lamentablemente su madre murió y no tiene familia, por lo que me ofrecí para poder criarla...

- pero no eres... Amm... ¿Menor? - respondió con algo de nervios -

-... Lo sé - dijo con una sonrisa - pero no podía dejarla sufrir como para que se muriera en aquel lugar.

-... Entiendo... Tranquila Nee-san. - con una sonrisa - te ayudaré a cuidar muy bien de himari...

- oh... Jaja... Muy bien, en ese caso debemos darnos un baño. Anoche no tuve tiempo de lavarme y creo que himari también necesitará uno.


La tarde paso tranquila, eso hubiera sido... Algunos llantos por parte de la pequeña himari se hacían presentes en la finca.
Saori no sabía mucho sobre los cuidados d eun bebé, pero tenía una pequeña guía de amane san que le servía mucho.

- akiko, ¿Sabes a dónde fue tomioka San?

- dijo que tenía una misión... Pero no escuché a su cuervo, ni siquiera lo ví llegar.

- mmm... Ok. Ya está... La pequeña hima está lista.

*Imagen de la pequeña*

- por cierto Nee-san. Dijiste que me entrenarías con la espada.

- a si.. lo olvidaba, bien dejemos a himari cerca de banca en caso de algo.

El patio delantera era un espacio moderado, perfecto ahora un pequeño entrenamiento, no podía usar el trasero ya que había un pequeño lago ahí. No podían concentrarse si llegarán a caer.

- de acuerdo. Empezaremos con pequeños calentamientos, después entrenaremos tus sentidos.

- ¿mis sentidos? ¿De que sirve eso?
- ladeó la cabeza -

- mi maestra siempre decía que tenía que tener siempre mis sentidos alerta, así, podía percibir al demonio a largas distancias.

🩸𝒮𝒶𝓃ℊ𝓇ℯ 𝒫𝓊𝓇𝒶🩸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora