Sixteen: ¿Todo Bien?

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Fue tan inesperado cómo pasamos de extrañas a amantes, no lo entiendo del todo.

¿Por qué se fijó en mí?

Yo entiendo por qué me fijé en ella, esa mujer es la perfecta definición de sexy y ardiente, pero también de dulce y comprensiva. Es la perfecta combinación de ambas cosas, sin saberlo, o tal vez lo sabe, pero no alude sobre ello. Y quién me negara lo que dije probablemente esté ciego e idiota, no hay otra razón.

Aunque también es una idiota, eso tampoco lo voy a discutir porque lo es. Sé que ha jurado que no recuerda haberla besado, pero envés de un juramento parece una perjuración. Igual no importa, oficialmente ninguna de las dos éramos nada.

-Gigi

-¿Qué pasó, amorcito?

Imaginen a esa chica decirles así, imaginen ustedes porque a mí me sucede.

-Eres muy cursi.

-No realmente, si fuera cursi tus mejillas estarían más rojas.-Tomó mi barbilla con sus dedos y se acercó a mí, por inercia cerré mis ojos.- ¿Eh? ¿Quieres un besito, mi-

La callé antes de que se empezara a burlar. Soltó mi mentón y con su mano sostuvo mi mejilla mientras que con su boca, bueno, hacía maravillas. Sus labios se sentían como tocar la puerta al cielo, pero al sentir su lengua en mi labio inferior era transformar ese paraíso en un infierno. Era muy buena con esos labios.

Soy humana también, así que no opuse resistencia a lo que seguía. Su mano libre subió de mi rodilla hasta mi muslo interno, hoy cargaba falda así que pude sentir el calor de su mano sobre mi piel.

Rodé su cuello con mis brazos para sentir más contacto, su mano dejó mi mejilla para tomar mi cintura. Nos separábamos por oxígeno, pero nuestras bocas parecían imanes, imposibles de separarse la una de otra por tanto tiempo. Me sentía caliente al punto de derretirme entre sus brazos.

Esta chica me tiene mal.

Se separó de mí, gruñí en desacuerdo. Rió por lo bajo mientras sus manos se aventuraron a los botones de su blusa, fue desabotonando uno por uno lentamente, me estaba torturando la espera, observé cada uno de sus movimientos hasta que abrió su blusa y joder, ¿qué diablos come esta mujer? ¡Está jodidamente buena!

Retiró su blusa torturosamente lento para que apreciara su trabajado cuerpo, en especial su abdomen y brazos.

¿Me voy a comer todo esto?

Se volvió hacia mí con una sonrisa ladina.

-You drive me crazy...

-No entiendo ni un carajo, pero sigue hablándome en inglés.- Atraje sus labios devuelta a los míos.

El beso no fue nada tranquilo, sino, fogoso. Con destreza y habilidad quitó mi ropa, excepto por mis medias y ropa interior. Ahí se llevó más tiempo.
Fue una maldita romántica en todo momento, siempre besando y tocando cuando era el momento y donde era correcto.

Pasaron tantas cosas, cosas muy buenas. No me importó en absoluto llegar cansada al trabajo, valió la pena.

-Andas muy feliz... -Comentó Yuqi analizándome como si pudiera adivinarlo con solo verme.- ¡Ah maldita! ¿Tuviste sex-

-¡Cállate! -Exclamé avergonzada tapando su boca sin importarme que fuera a tirar un pedido por mi acción.- No lo grites, idiota.

Miré a varios lados, nadie nos vio. Solté su boca y le advertí una vez más sobre decirlo en horario laboral, atendí a los clientes de los que casi tiraba su pedido.

Una Sugar ¿Qué? ||NingSelle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora