- "Ha-na-ha-ki -. Pronunció silabicamente - El príncipe del reino mantenía un amor unilateral"... ¡Hero! ¿Que es unilateral? -. Cuestionó el hermano menor con una sonrisa permanente en su rostro.
- "Unilateral" se refiere o se circunscribe solamente...
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Hace unos días; dos de sus amigos habían visitado su hogar solo para charlar sobre cosas de la escuela. Exactamente hablando de los dos hermanos Hero y Kel.
Quizá pensar sobre lo que había sucedido anteriormente era parte de la rutina de Basil. Cuidar plantas, hacer tarea y pensar en sucesos del pasado era su monótona rutina, pero su parte favorita era cuidar sus flores.
¿Era un gusto culposo?
Es decir, cuando era más pequeño se sentía culpable por ser el niño "tímido y nervioso", aunque sin duda una parte de él apreciaba ser ese niño junto a Sunny.
Su pluma se detuvo unos segundos por culpa del nombre antes mencionado: "Sunny". Escenarios de él y Sunny estando juntos aparecían en su memoria como si fueran fotografías. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro.
"Debes estudiar", le ordenó su conciencia tratando de recuperar el control de su mano y seguir resolviendo su tarea de probabilidad y estadística. Su cara había caído dentro de su libreta como si eso le sacará a Sunny de la cabeza.
Ahora se sentía tonto. ¿Cómo podía ponerse así de soñador cuando era obvio que Sunny no podía ser algo más grande que un amigo?
Definitivamente era un soñador ingenuo al pensar que podrían hacer cosas más cursis en el mes de febrero. Quería regalarle flores y chocolates y no solo decir "feliz día de la amistad".
Su oportunidad fue desperdiciada una vez más por su gran cobardía.
Indiferencia, ingenuidad, ilusión y decepción.
Esas eran las etapas que Basil enfrentaba cada vez que pasaba tiempo con su mejor amigo.
Su pluma nunca logró seguir escribiendo, así que se rindió y fue a su cama tratando de despejar sus pensamientos tontos. Tomó asiento en un lado de su cama , volteó hacía la mesa que tenía al lado derecho y visualizó el libro que le había regalado el hermano menor de Hero.
Sin nada que hacer estiró su brazo para conseguir el libro y seguir con su lectura.
La tarde anterior consiguió leer todo el prólogo y un poco del primer capítulo. Su opinión era que el libro era obviamente infantil y fantasioso, sin embargo le pareció curioso que el libro hablará de dos chicos en un obvio enamoramiento.
No tenía nada de malo, pero sin duda no estaba acostumbrado a que se mencionaran a dos hombres en una relación amorosa. Especialmente en libros de segundo año de secundaria.
Parecía que el libro lo regañara y representará con cada página que leía, pues se repetía el hecho de que el protagonista era un estúpido por no confesar su amor. Debía admitirlo, ni siquiera sus amigos eran tan directos como el libro que estaba leyendo.
Que cada página le resaltará sus errores fue como dagas clavándose en sus pulmones y garganta. Cerró el libro como si estuviera enojado con las palabras que leyó hace unos segundos.
