☆ Loud ☆ Brightwin ²

II

—¿Tu cumpleaños no es como dentro de un mes, Winnie? — preguntó Ohm, sin quitar la vista del juego.

— Sí — respondió Win sin más.

Se habían juntado en casa de Nanon para jugar con la Playstation y comer chatarra hasta que no pudieran más, y llevan al menos dos horas haciendo eso.

Para ese punto Ohm y Nanon habían jugado al menos tres partidas y estaban muy emocionados, a menos de un metro de la tele, moviendo el mando con furia mientras intentaban matar a la mayor cantidad de soldados del equipo contrario y sin ser aniquilados.

Por su parte, ni Bright ni Win estaban interesados en pelear por jugar (ya que ninguno de los chicos dejaba el mando sin pelear por continuar), así que se habían acomodado en el sillón, con Win acostado sobre el mismo y con la cabeza descansando en las piernas de su novio.

— ¿Diecisiete, verdad? — preguntó Nanon.

— Sí— respondió de nuevo el pelinegro, cerró los ojos cuando sintió los dedos de Bright acariciar su cabello, haciéndolo sonreír.

— ¿Cómo te acuerdas que será el cumpleaños de Win y olvidaste el mío? — preguntó Nanon, ofendido, mirando a Ohm con el ceño fruncido.

— Recuerdo el cumpleaños de Winnie porque sé que es como un mes después que el tuyo— respondió.

— Un mes y trece días— corrigió Bright.

— Hasta Bright recuerda mí cumpleaños, y ni siquiera es mí novio— murmuró Nanon, ofendido.

— Bah— masculló Ohm—. Como si supieras mí cumpleaños...

— Treinta de diciembre— respondió automáticamente.

— Tú tienes mejor memoria que yo— se objetó el otro—. Y si tanto quieres a Bright porque recuerda tu cumpleaños que sea él tu novio.

— Bright, ¿Quieres ser mí novio?

Bright frunció el ceño, mirándolo con un mueca, no podía imaginar salir con el chico, pero al ver que el castaño se giraba hacia él, haciendo un gesto con la cabeza hacia Ohm y le guiñaba un ojo para siguiera el juego, el rubio comprendió.

— Me encantaría, Nanonie— dijo—. Pero no podría dejar a Winnie, ¿Te importa una relación de tres?

— Ni un poco— respondió el chico en la silla, con una sonrisa divertida.

— ¿A ti, bebé? — Bright miró a Win, quién intentaba no reírse en voz alta por lo absurdo de la situación.

El pelinegro negó, sonriendo con gracia.

— Genial, desde hoy es el día del Brightwinnon— dijo Nanon, un poco más alto de lo normal para que Ohm los escuchara claramente.

El castaño estaba ofendido, apretó el mando con algo de enojo, volteándose para verlos con el ceño fruncido.

— Genial, qué lindos amigos, dejándome afuera de los tríos, malditos-

— ¡Te mataron! — canturreó Nanon, al ver la mitad de la pantalla de la televisión, que correspondía al mando de Ohm, en color rojo con el cartel de "Game Over", y no pudo evitar reír al escuchar al chico insultar con palabrotas que jamás había escuchado en su vida por un estúpido juego.