Parte Única

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Para Manjiro Sano el amor era algo que le parecía absolutamente ridículo.

Luego de haber crecido en un entorno carente de amor no platónico le era difícil considerar el amor romántico una posibilidad en su vida, y tomando en cuenta la historia entre sus padres no quería que algo similar pudiese sucederle.

Había sido claro, desde una corta edad para ser precisos, que las niñas no le interesaban, Shinichiro había asumido que su hermano aún se encontraba en aquella etapa en la cual las niñas le desagradaban; después de todo solía pasar todo el tiempo con Baji y Haruchiyo ya fuese jugando, cazando insectos o peleando –mayormente con Keisuke. El abuelo Sano sabía que eso cambiaría, había sido de forma similar con Shinichiro así que definitivamente Manjiro quizá no sería muy diferente

Por lo cual a Shinichiro y a su abuelo no le pareció algo a lo que deberían darle importancia, ambos consideraban que tarde o temprano el menor se interesaría en alguien y preferían no pensar en ello aún. El abuelo Sano decía que tenía suficiente para tres vidas con el largo historial de fracasos amorosos de Shinichiro así que pensar en lo que le depararía con su nieto menor no tenía sentido en ese momento.

Aunque con el pasar del tiempo el factor de nula convivencia con niñas por parte de Manjiro no parecía cambiar en lo absoluto la llegada de Emma a sus vidas fue lo que hizo que este tuviera que cambiar. Se vio conviviendo constantemente con la rubia menor en un intento de que se sintiera acoplada en la familia y también mayormente para demostrarle sus habilidades; con el tiempo se volvieron bastante unidos, no obstante a pesar de querer a su hermana y ser incluida en la, corta, lista de personas importantes en su vida, Manjiro seguía sin mostrar un interés mínimo en las niñas.

Incluso de manera constante tendía a asegurarles y remarcarles a Haruchiyo, Baji y Shinichiro que nunca tendría tiempo para enamorarse, porque además de considerarlo una pérdida de tiempo, tenía que seguir practicando y entrenando para volverse el mejor, para convertirse en alguien invencible.


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La primera vez que escucho acerca de Ken Ryuuguji era un día lluvioso.

Aquella mañana se encontraba en clases soñoliento, ya que el repiqueteo de la lluvia contra la ventana volvía imposible la tarea de que pudiera dormir.

Era la hora del almuerzo y debido a la lluvia la gran mayoría de sus compañeros se encontraban en el salón de clase o en el pasillo conversando, cosa que hacía incluso más imposible el poder dormir. Con clara molestia por la depravación de sueño y un pan de melón a medio comer, Manjiro mira la ventana intentando ignorar el bullicio de sus compañeros, cosa totalmente en vano.

—Dicen que es enorme, casi dos metros de alto. —escucha decir a un chico con exageración.

«Un videojuego», piensa sintiendo sus ojos pesados. Considera dejarlo pasar, porque los videojuegos no le provocaban un mínimo interés y tampoco es como que el grupo de chicos que está hablando de igual forma le interese.

We'll be togetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora