18.07hs
-Lindo vestido.-Dijo él cuando me senté en la mesa de siempre-No te vi ayer, rubia.-Dijo mientras yo abría mi computadora.
-Soy castaña clara, yo tampoco te vi-Lo miré. El característico ramo de rosas rojas se encontraba sobre la mesa, bebió un sorbo de su café doble, cosa que me sorprendió ya que siempre lo pedía para llevar.
-Como cada día, a las 18hs, estaba aquí-Sonrió.
Ahí caí en la cuenta de la que había estado a deshora era yo, ya que siempre nos veíamos de las seis en adelante y ayer había llegado una hora antes. No respondí, me concentré en la computadora, él soltó una carcajada mientras la vergüenza dentro de mí iba en aumento.
-¿Piensas seguir haciendo como si no estuviera o vas a responderme?-Preguntó, por su tono supe que la situación le causaba gracia.
-La verdad es que no tengo nada que responder.
-¿ayer viniste?-Preguntó, asentí.
-Si, pero como salía antes de clases vine una hora antes.-Hice una mueca. Sonrió.
-No pasa nada-Dijo despreocupado.
Mordí mi labio para evitar soltar la pregunta que hace días me torturaba, ¿Para quien eran las flores?
Él miró la hora y amplió sus ojos, se paro rápido y se abrigó.
-Debo irme, llego tarde-Dijo. Sacó un par de billetes de su bolsillo, los tiró arriba de la mesa, me guiño un ojo.-Adiós Rubia-Dijo sonriendo, agarro las flores y se fue.
Reí. Este chico en realidad me agradaba.
A partir de ahora tendría una cita con el Starbucks a las 18hs cada día.

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El chico de las flores.
Короткий рассказElla lo veía cada día a las 18 Hs. El pasaba con un ramo de rosas rojas por delante de ella, ella lo observaba, sin embargo jamas se acercaba. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS! Prohibida toda adaptacion o copia.