—Buenas noches a todos, yo soy Edward Remus Lupin—Se retiró la capucha, pero dejándose la capa, y un chico muy parecido a cierto exprofesor de DCAO, que se encontraba en las mesas de los leones, se dejó ver; acompañado de un ruido sordo—Por favor, tendríamos que haber dicho que la cuarta norma era no desmayarse— Bromeó— Mamá Mione ¿podrías despertar a mi padre?
—¿No se iba a presentar una de las comadrejas? —preguntó en un susurro a su hermana, un rubio encapuchado, para que nadie más escuchara.
—Sí, pero osito no podía aguantar más... la ansiedad de conocer a sus padres biológicos lo estaba volviendo loco—Se volvió hacia su hermano—. No puedes culparlo
—¡Claro que no! —Estaba indignado y ofendido de que su hermana siquiera considerara que él sería capaz de algo así, más cuando se trataba de Teddy.
Una sonrisa complaciente se formó en el rostro de su melliza, dado que a pesar de conocer muy bien al rubio, le encantaba molestarlo. Al darse cuenta, el chico rodó los ojos, pero no sin antes regalarle una sonrisa de complicidad.
Con eso aclarado, ambos volvieron a prestar atención a la presentación que se desarrollaba.
—Claro—Algo confusa, la castaña lanzó un Rennervate, para después mirar al hombre que estaba parado en la tarima—¿Yo soy tu madre? — Ella sabía que se había casado, pero el hombre que tenía enfrente debía tener al menos unos treinta años, lo que significaría que sería concebido, como muy tarde, en los próximos dos años, y eso era preocupante para Hermione.
Su desliz, causó que el joven rápidamente cambiara su cabello a un tono rosa chillón provocando bastantes risas, ya que no era tan común ver a un hombre de su edad tan avergonzado por una simple pregunta de una adolescente.
—¡No, no!
De pronto, cierta Aurora que había bajado la vista al escuchar cómo el chico había llamado a Hermione, la levantó, y su rostro se iluminó; más al reconocer el significado de ese color cabello.
Nymphadora Tonks sabía que ese chico estaba mortificado de vergüenza por la pregunta que le había hecho su amiga. Aunque detuvo en seco su intento de levantarse al escuchar su respuesta, se dio cuenta de que él todavía estaba bastante nervioso y no parecía muy seguro de sí mismo.
—Bueno algo así...—Todos lo miraron con confusión, mientras él se rascaba la nuca.
—Es muy simple hombre ¿Hermione es tu madre o no? Aunque déjame dudarlo si la respuesta es un sí—Soltó la metamorfomaga, cambiando su pelo a rojo, dejando en evidencia lo molesta y frustrada que se encontraba por toda la situación.
Esa voz lo sacó de sus pensamientos, era la misma voz de aquellos recuerdos que su madrina le había mostrado cuando era un niño; era la voz de su verdadera madre, la de su madre biológica.
En ese momento alzó la vista y vio por primera vez a la mujer que únicamente pudo conocer mediante su retrato, una vez que ingreso a Hogwarts.
Toda la actitud del hombre cambió en ese instante: su cabello cambio a un gris claro; sus hombros se hundieron; sus piernas temblaron, junto a su labio inferior, y sus ojos se cristalizaron.
En ese instante todos dejaron de ver a un hombre de treinta y tantos; en su lugar vieron a un niño que al parecer no veía a su madre desde hacía mucho tiempo, pero había anhelado poder hacerlo.
—Mamá...
Su susurro fue casi inaudible y cargado de una emoción que muchos asimilaron con dolor, mientras que otros con añoranza. Sin embargo, permitió que todos en el comedor comprendieran por qué la presentación debía hacerse antes de ir a dormir, causando que, a más de uno, especialmente a la tercera generación, se le cristalizaran los ojos. No obstante, como siempre, la chica de cabello rosa, que nunca se daba cuenta de las cosas serias, no se percató de ello y saltó a los brazos de su futuro esposo.
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Sobrevivientes || Tercera Generación (Editada)
FanfictionSi bien son historias separadas e independientes, algunos de mis lectores recomiendan leer primero "El Sacrificio de Amar" y luego esta, para evitar spoilers. Dos guerras mágicas no fueron suficientes para acabar con los prejuicios, por lo que una...